México atraviesa una problemática respecto al agua, por lo que se debe atender para evitar que se obstaculizen los objetivos de desarrollo sostenible. Se necesita una política pública efectiva y puntual, ya que de no hacerlo tendrá altos costos y graves repercusiones sociales, ambientales y económicos, para el país, advierten diputadas y diputados. Legisladores convocaron al Diagnóstico del problema del agua en México, por el Grupo de Trabajo para la Implementación de la Agenda 2030 y la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la LXV Legislatura. Y es que, a nivel mundial, la urbanización y los efectos del acelerado cambio climático son las principales causas de escases de agua en el mundo. Estas comprometen de manera negativa alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, principalmente el obetivo 11 y el 6, tal como recordó la diputada Marcela Guerra Castillo, durante su intervención. ONU-Agua estima que por cada grado que aumenta el calentamiento global al menos 75% de la poblacion mundial estará expuesta a una disminucion de 20% de los recursos hidricos, agregó la diputada. México no se ve ajeno a estas afectaciones, ya que es uno de los 25 países que enfrenta problemas de estrés hídrico. 10% de la población, es decir, 12 millones 600 mil personas no tiene acceso a la red de agua potable y casi 30% de la población no cuenta con la cantidad ni la calidad suficiente para el sustento básico. Rubén Gregorio Muñoz Alvarez, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento, dijo en su intervención que se ha avanzado en términos constitucionales: en 1992 se creó la Ley de Aguas Nacionales. Asimismo, desde 2012 se reformó al artículo 4 constitucional en el que el agua dejó de ser un producto y se reconoció como un derecho humano; sin embargo, “fallamos en materia de agua para todos y todas, y para atender la cobertura”, compartió el diputado. Y es que son diversas causas las que han conllevado a dicha situación; sin embargo, entre los más sustantivos destacan la cobertura, la calidad del agua, la infraestructura, la sobreexplotación de los mantos acuíferos, incapacidad financiera, el tratamiento del agua y la falta de una política pública que atienda de manera integral la problemática. La explosión demográfica de los últimos 20 años también ha significado un impacto en la presión hídrica. A nivel regional, en el norte y centro del país actualmente hay una grave sequía. En el norte, se genera más de 80% del PIB a nivel nacional, “Baja California Sur, podría ser el primer estado que se quede sin agua en el país o Monterrey”, advirtió el diputado. En el sur, por el contrario, no se dispone de infraestructura ni de sistemas de distribución a las viviendas. Los diputados y diputadas relataron que en lo que respecta a Ciudad de México, al menos 26% de habitantes no dispone de la cantidad de agua suficiente en sus hogares. Aunado a ello se suma la contaminación de las cuencas, lagunas, ríos y lagos en el país. Según datos de este diágnóstico y datos oficiales, 73% de las cuencas, lagos, rios y lagunas están contaminadas. En este panorama se recordó el caso de la contaminación de los ríos Atoyac (en Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero), así como el de Sonora y Nacosari. Estos últimos derivados de las actividades mineras.
“En términos de calidad no podemos jugar con la salud de los mexicanos, sólo 42% del agua se trata, si fuera el 100 de aguas residuales se resolvería el problema. Hay 3 mil 900 plantas residuales pero dos terceras partes estan fuera de operación”, agregó el diputado.En la presentación del diagnóstico también participaron el Ing. Humberto Gallengo Morogón, secretario acional de la Comisión Nacional del Agua; Gautier Mignot, ministro consejero de la Unión Europea en México; Edna Gisel Díaz Acevedo, presidenta de la Comisión de Cambio Climático y Sostenibilidad; también María de Jesús Aguirre Maldonado, presidenta de la Comisión de desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria.