En México, 48.4% de la población de 18 años o más, se preocupa mucho por la acumulación de deudas, así lo reveló la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) 2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para la Ensafi, se evaluó el nivel de estrés financiero que experimentó la población del país, analizando factores como la dificultad para cubrir gastos básicos, la acumulación de deudas, la incertidumbre sobre el futuro financiero y la preocupación por tener que gastar dinero en imprevistos.
El porcentaje de personas con mucha preocupación de que las deudas se acumulen fue menor en solteras y solteros (39.0 %), que en personas unidas (51.2 %) y desunidas (51.8 %).
Los gastos imprevistos también representan una fuente de preocupación financiera para 45.4% de la población adulta. Incluso, la necesidad de afrontar estos gastos repentinos ocasiona un impacto tal en la economía personal, que se ha traducido en altos niveles de estrés y ansiedad.
En la encuesta presentada por el Inegi, en colaboración con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), también se destaca que 38.8% de los mexicanos sienten mucha preocupación al solicitar un préstamo.
Estrés financiero en las y los mexicanos
La Ensafi 2023 también midió el estrés financiero en una escala de 0 a 100 puntos para la población de 18 años o más.
El indicador del estrés financiero para el país se ubicó en 59.5 puntos, siendo mayor para las mujeres que para los hombres. Para ellas se colocó en 62.5 puntos, mientras que para ellos se ubicó en 56 unidades.
Con base en esta medición, se determinaron tres niveles de estrés para la población de 18 años y más en México: 36.9% de la población tuvo un nivel alto; 34.6%, un nivel moderado, y 28.5%, un nivel bajo o nulo.
Las mujeres registraron un mayor porcentaje de nivel alto de estrés:
- Mujeres – 42.2%
- Hombres – 30.7%
Consecuencias del estrés financiero
En cuanto a las emociones derivadas del estrés financiero, las mujeres experimentaron con mayor frecuencia ansiedad, tristeza, frustración e irritabilidad, en comparación con los hombres.
Respecto al impacto del estrés financiero, 34.9% de la población dijo que experimentó alguna consecuencia física, como dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales o cambios en la presión arterial, mientras que 30.7% mencionó sufrir impactos psicológicos, como problemas de sueño o alimentación.