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FMI: “Alemania e Italia, primeros países grandes que caerán en recesión en 2023” 

La temida recesión asoma por el horizonte de Alemania e Italia el año que viene como consecuencia de la guerra a las puertas de la Unión Europea (UE), advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI), tres años después de la crisis de COVID-19.  

Se prevén contracciones de 0.3% para el PIB alemán y de 0.2% para el de Italia, afirmó el FMI en sus perspectivas económicas globales publicadas este martes 11 de octubre.

Las previsiones se han deteriorado mucho: 1.1 % y 0.9 %, respectivamente, respecto a las de julio.  

Con el paso de los meses el optimismo de principios de año sobre una fuerte recuperación económica tras dos años de pandemia da paso a una depresión cada vez mayor.  

Casi ocho meses después de que Rusia invadiera Ucrania ha saltado un primer tabú: las principales instituciones internacionales hablan abiertamente de recesión. 

En septiembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó una recesión en Alemania en 2023 a causa de los daños colaterales de la guerra; más tarde la Organización Mundial del Comercio (OMC) llegó a decir que teme una “recesión global”.  

“Prevemos una fuerte desaceleración para Italia, con un crecimiento negativo en 2023, principalmente por los precios de la energía y la dependencia del país del gas”, comentó el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa este martes.  

El Gobierno de Alemania prevé publicar mañana miércoles 12 de octubre sus previsiones, que podrían ser de recesión, según el diario Bild, mientras que el italiano todavía espera un crecimiento de 0.6% el próximo año. 

“Para Italia, la situación podría empeorar aún más en caso de un shock adicional en los mercados energéticos”, señaló la subdirectora del FMI, Petya Koeva Brooks.  

Tanto Italia como Alemania, ambos miembros fundadores de la Unión Europea, son muy vulnerables a las perturbaciones en el mercado del gas y tienen dificultades para diversificar sus suministros, destacó recientemente la agencia de calificación Fitch. 

Quiebras 

La explosión de los precios de la energía también pone en aprietos a las empresas del sector industrial, con mucho peso en Italia y Alemania. Los desorbitados costes energéticos las obliga en ocasiones a limitar su actividad y en otras quedan abocadas a una quiebra. 

La situación podría empeorar aún más, advirtió el FMI: 

“Si las temperaturas son muy frías o la demanda de gas no cae lo suficiente este otoño, podría producirse un racionamiento energético durante el invierno en Alemania y efectos nocivos para la industria alemana”.  

Y es probable que los problemas de la principal economía de la zona euro pesen “fuertemente” sobre las economías vecinas, prosigue la institución internacional, que ha revisado a la baja la previsión de crecimiento de Francia el próximo año a 0.7% (-0.3 pp), y la de España a 1.2% (-0.8 pp).  

La vicepresidenta y ministra de Economía española Nadia Calviño afirmó en Nueva York que el futuro no está escrito y depende de las decisiones que se tomen. 

“La evolución de nuestra economía va a depender de forma sustancial de cómo evolucione la guerra en Ucrania, de la economía alemana, y de los mercados energéticos”, afirmó. 

La eurozona se ha librado por ahora de la recesión, con una previsión de crecimiento del FMI para este año de 3.1% y de 0.5% en 2023. Pero este último porcentaje se acaba de revisar a la baja por tercera vez consecutiva.  

“La recesión ya no es solo un riesgo, sino que está prevista el año que viene en los países que comparten la moneda única”, comentó Brian Coulton, economista jefe de Fitch. 

“En muchos aspectos, el shock energético que atraviesa Europa es peor que el del petróleo de 1973 en Estados Unidos”, añadió.  

Países emergentes  

Para China, la segunda economía mundial, 2022 será su peor año en más de cuatro décadas con la excepción del embate de la pandemia en 2020, con un crecimiento previsto de solo 3.2%, que subirá en 2023 a 4.4%.  

Se debe a los continuos confinamientos provocados por la política de tolerancia cero frente a COVID-19 en varias ciudades, incluido el eje económico, Shanghái.  

Pese a este contexto global sombrío, algunas regiones mejoran. 

Es el caso de Rusia, cuya economía soporta el peso de las sanciones que le impusieron sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea por haber invadido Ucrania, este año experimentará una contracción del 3.4% (mejor que la prevista). 

Sin embargo, Rusia será la única economía del G20, que se reunirá el miércoles 12 de octubre en Washington, que sufra una recesión este año. 

También mejoran las previsiones para América Latina y el Caribe, con un crecimiento del 3.5% (+0,5 pp) debido a una actividad más fuerte de lo esperado en el primer semestre, aunque bajan para 2023 a 1.7% a medida que “se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones financieras se endurecen y los precios de las materias primas se moderan”. 

Brasil y México, primera y segunda economía regionales respectivamente, crecen menos de la media regional, pero salen bien paradas en comparación con otras naciones emergentes. 

Para Brasil, en plena campaña para el balotaje presidencial del 30 de octubre, el FMI vaticina un crecimiento de 2.8% para 2022 (+1.1 pp respecto a la previsión de julio) y de 1% en 2023 (-0.1 pp). 

La proyección para México es de 2.1% este año (-0.3 pp) y de 1.2% el que viene (sin cambios). 

A nivel global el futuro sigue siendo incierto y las previsiones, sobre todo para 2023, sólo son válidas si “las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen estables” y el endurecimiento de las políticas monetarias “no induce a una recesión generalizada y ajustes desordenados en los mercados financieros globales”. 

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