Este martes, el Gobierno del presidente liberal Emmanuel Macron anunció su proyecto para retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años en Francia, un plan que augura protestas ante el rechazo de sindicatos y parte de la oposición.
Aunque Macron quería retrasarla a 65 años, finalmente será de 64 años a partir de 2030 tras una serie de conversaciones de su primera ministra, Elisabeth Borne, con los actores sociales y partidos para recabar apoyos.
El Gobierno también prevé adelantar a 2027 la exigencia de contar con 43 años cotizados para cobrar una pensión completa, en lugar de 2035, como estipulaba una ley de 2014, según documentos oficiales sobre la reforma.
Los sindicatos ya reprobaron en los últimos días cualquier retraso de la edad de jubilación, al igual que la oposición de izquierda y de extrema derecha, y deben reunirse este martes para fijar una fecha de movilización en Francia.
En su discurso de Año Nuevo, Emmanuel Macron defendió que la reforma busca equilibrar la caja de las pensiones, que registraría un déficit por el aumento de la esperanza de vida y proteger su sistema redistributivo.
La edad de jubilación en la segunda economía de la Unión Europea (UE) es una de las más bajas de Europa y, de salir adelante la reforma, Francia se acercaría a los 67 años adoptados o en vigor en Alemania o Italia.
Pese a ser una realidad en países vecinos, una mayoría de franceses rechazan un retraso de la edad de jubilación: 54% se opondría frente a 44% favorable, según un sondeo de Harris Interactive publicado el 2 de enero.