El Gobierno de Reino Unido confirmó que levantará la prohibición del fracking en Inglaterra, argumentando que la medida ayudará a impulsar la seguridad energética del país en medio de la guerra de Rusia en Ucrania.
La primera ministra Liz Truss anunció a los pocos días de asumir el cargo a principios de este mes que revocaría una prohibición de 2019 sobre la fracturación hidráulica, una técnica controvertida utilizada para extraer petróleo y gas de la roca de esquisto.
“Gran Bretaña necesita explorar todas las vías disponibles para nosotros a través de la producción solar, eólica, de petróleo y de gas, por lo que es correcto que hayamos levantado la pausa para darnos cuenta de cualquier fuente potencial de gas doméstico”, dijo el secretario de Negocios y Energía, Jacob Rees-Mogg.
Asimismo, Truss mencionó que “no seguirá adelante con nada que conlleve un riesgo”, pero enfatizó que la seguridad energética es vital.
El Gobierno conservador suspendió el fracking en noviembre de 2019 después de que se registraran una serie de temblores en los únicos pozos de esquisto de Reino Unido cerca de Blackpool, en el noroeste de Inglaterra.
El Departamento de Estrategia Comercial, Energética e Industrial dijo que levantar la prohibición significa que las solicitudes futuras se considerarán “donde haya apoyo local”. Los desarrolladores deberán tener las licencias y los permisos necesarios antes de que puedan comenzar a operar.
Ambientalistas y oposición contra el fracking
El fracking consiste en inyectar agua a alta presión en las profundidades subterráneas para extraer petróleo o gas de la roca. Los grupos ambientalistas se han opuesto durante mucho tiempo a la práctica, diciendo que puede contaminar las aguas subterráneas y contribuir al cambio climático .
En ese sentido, los críticos también dicen que es una forma ineficaz de generar energía, que no ayuda a reducir las facturas de energía que aumentan vertiginosamente y que las comunidades se oponen dondequiera que se intente.
“Incluso cuando el Gobierno hizo todo lo posible por el esquisto, los frackers no produjeron energía para el Reino Unido, pero lograron crear dos agujeros en un campo fangoso, tráfico, ruido y una cantidad colosal de controversia”, comentó el activista de seguridad energética de Greenpeace, Philip Evans.
Una revisión encargada por el Gobierno sobre los riesgos de la extracción de gas de esquisto realizada por el Servicio Geológico Británico no fue concluyente y dijo que se necesitaban más datos. Los funcionarios argumentaron que la “comprensión actual limitada de la geología de Reino Unido y los recursos de esquisto en tierra” no debería ser una barrera para el fracking.
“Está claro que necesitamos perforar más sitios para recopilar mejores datos y mejorar la base de evidencia, y somos conscientes de que algunos desarrolladores están dispuestos a ayudar con este proceso”, se lee en un comunicado del Departamento de Negocios del Gobierno.
Los partidos de oposición acusaron al Gobierno conservador de romper su propia promesa de manifiesto en 2019, cuando el partido prometió que no levantaría la prohibición del fracking a menos que se demostrara científicamente que la práctica es segura en medio de preocupaciones por los terremotos.