El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que en caso de aprobarse la iniciativa en materia eléctrica e implementarse las políticas propuestas, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se vería forzada a incurrir en
costos adicionales para poder generar y suministrar la energía eléctrica demandada en el país.
De acuerdo con su estimación, esos costos tendrían impactos significativos para los consumidores, afectarían el clima de inversión y, por ende, las finanzas públicas y la economía del país.
“No es necesario erogar recursos públicos adicionales en un segmento donde actores del sector privado, mediante la correcta regulación por parte de organismos autónomos, pueden asumir el riesgo financiero y la responsabilidad. La CFE debe priorizar las inversiones en sus monopolios legales, es decir, reforzar y expandir sus redes de transmisión y distribución, donde si la empresa no invierte, nadie más lo hará”, agregó.
El IMCO construyó tres escenarios a partir de datos oficiales para identificar estos costos.
Cabe resaltar que, en cada uno de éstos, se calculó el costo para la CFE de generar por sí misma el diferencial de energía necesaria para cumplir con la meta de participación de 54%, además de la energía adicional que se demande en el país entre 2022 y 2028.
- Escenario 1: Se plantea un supuesto en que la CFE invierte en el nuevo parque fotovoltaico y en la renovación de 14 de las 60 centrales hidroeléctricas, y el resto de la demanda se cubre con termoeléctricas, carboeléctricas y ciclos combinados.
Aquí, la CFE enfrentaría un costo de 512 mil millones de pesos, a precios de 2021 para el periodo 2022-2028: 427 mmdp para generación eléctrica, 70 mddp de inversión y 15 mmdp de operación y mantenimiento.
- Escenario 2: CFE invierte en el nuevo parque fotovoltaico y se aumenta el factor de planta (indicador que refleja la relación entre la energía real generada en un tiempo determinado y la energía que se habría producido si la planta operara al 100% de su capacidad) de todas las hidroeléctricas de 40 a 60% (promedio mundial). El resto de la demanda se cubre con termoeléctricas, carboeléctricas y ciclos combinados.
La CFE enfrentará un costo de 406 mil mdp a precios de 2021: 324 mmdp por costos de generación, 73 mmdp por costos de inversión y 9 mmdp por costos de operación y mantenimiento.
- Escenario 3: Supone que la CFE compra su energía adicional en las subastas de largo plazo (donde los suministradores y grandes usuarios pueden celebrar contratos anuales de largo plazo -15 años para energía y potencia y 20 años para Certificados de Energías Limpias- que se llevaron a cabo entre 2015 y 2017) sin cambios a la legislación existente. De comprar la energía adicional en las subastas de largo plazo, la CFE tendría que cubrir un costo de 94 mmdp a precios de 2021.
El IMCO aclara que en este panorama es conservador, en la medida que los costos de generación renovable no son estáticos, sino que han registrado reducciones por las mejoras tecnológicas.
“Modificar el sector eléctrico como pretende la iniciativa de reforma energética, en lugar de fortalecer a la CFE, provocará que la empresa se vuelva aún más dependiente de los subsidios del Estado”, afirma en un comunicado el IMCO.
Considera que los costos en estos escenarios pondrían a la empresa en una situación insostenible, “por lo que se hará imposible mantener las tarifas eléctricas sin incrementos”.
Según sus apreciaciones, la política energética debe poner a ciudadanos y consumidores en el centro.
Propuestas del IMCO
De acuerdo con su óptica, fortalecer a la CFE empieza por reconocer que la empresa no tiene la capacidad para ser el único actor relevante en la industria eléctrica. En ese sentido, propone lo siguiente:
- Retomar las subastas a largo plazo. ¿Por qué? Porque las subastas a largo plazo tenían como objetivo beneficiar a ciudadanos y consumidores al incentivar inversiones en energías renovables, fomentar la competencia en el sector y estabilizar los precios de la potencia.
- Fortalecer y expandir la Red Nacional de Transmisión para garantizar la seguridad del sistema y facilitar la unión de generadores privados a la red.
- Retomar el programa de retiro de centrales. Aquí se propone retirar las plantas de generación más contaminantes y, en el largo plazo, se priorice la instalación de aquellas con menor huella ambiental y de carbono para su funcionamiento.
Escenario en el Parlamento Abierto
Como bien se sabe, actualmente se discute en la Cámara de Diputados, una iniciativa de reforma energética que pretende, entre otras cosas, recuperar la participación de mercado de 54% en la generación de la energía demandada en el país (participación de mercado que tuvo CFE en 2018).
Al cierre de 2020, según la CFE, generaba aproximadamente 38% de la energía demandada en México.