
Rusia decidió cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), después de una reunión de Estados Unidos y sus aliados occidentales en Alemania para intensificar la ayuda militar a Ucrania.
El conflicto de más de dos meses corre peligro de extenderse más hacia el oeste de Europa tras varias explosiones en la región moldava de Transnistria, fronteriza con Ucrania y ocupada por las fuerzas de Moscú durante décadas.
Estos sucesos, ocurridos después de que el Kremlin advirtiera de una presunta opresión de los rusoparlantes en Moldavia, generaron temores en varios países occidentales de que Moscú busque expandir su invasión a esta antigua república soviética.
“Rusia quiere desestabilizar la región de Transnistria. Si cae Ucrania, mañana las tropas rusas estarán a las puertas de Chisináu, la capital moldava”, escribió en Twitter Mijailo Podoliak, asesor del presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
UE respuesta coordinada
“El anuncio de Gazprom es un nuevo intento de Rusia de chantajearnos con el gas. Estamos preparados para ese escenario. Estamos elaborando nuestra respuesta europea coordinada. Los europeos pueden estar seguros de que estamos unidos y somos solidarios con los Estados miembros afectados”, dijo Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Los precios del gas en Europa superan los mil 300 dólares por mil metros cúbicos y cotizan en bolsa por encima de los mil 300 dólares por mil metros cúbicos, lo que supone un crecimiento de 15%.
Tras la apertura este miércoles del mercado de futuros de Londres ICE, los futuros del gas en el mercado neerlandés TTF alcanzaron los 127.5 euros por megavatio hora, lo que, según indica Bloomberg, presentó una subida de 24% y el nivel más alto desde el 1 de abril.
El gigante gasístico ruso Gazprom anunció que suspende los suministros a los distribuidores de Bulgaria y Polonia, después de no haber recibido el pago en rublos por los envíos de abril.