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Los periodistas freelance de la frontera que luchan por reconocimiento

Al noroeste del país se llegó a la conclusión de que el trabajo nacional de periodismo de investigación se tiene que respetar, y eso implica dejar de trabajar como fixer. Un fixer es el periodista local que brinda fuentes y rutas que cosechó por muchos años, para que las grandes cadenas logren sus coberturas. Por lo general es un trabajo que se ofrece en zonas de alto riesgo, que serían inaccesibles sin los contactos de los reporteros locales. 

 

El problema de trabajar como fixer es que no apareces en los créditos del trabajo, y tampoco tienes la decisión del contenido que se publica, lo que ha llevado a la muerte a muchos colegas.

 

Iván Gallardo es video-periodista freelance desde hace diez años. Cubre la franja fronteriza de Baja California para distintos medios de comunicación. Se ha vuelto un experto en el tema migratorio porque, como él señala, no hay nada que no esté relacionado con la migración en esa zona.

 

Con distintos ángulos y en distintas situaciones, pero casi todo mi trabajo está relacionado con la migración; desde los políticos, el narco, las calles y todo lo que pasa en Tijuana.  Es una de las razones por las que hay tanto trabajo como freelance. Hay tantos periodistas freelance como kilómetros en la frontera”.

 

Las grandes cadenas de noticias acuden a los periodistas locales de la frontera para hacer sus historias o investigaciones y dejarlos fuera de todo crédito periodístico. 

 

Los temas menos glamurosos nos los dejan a los que estamos de este lado. Cuando son más elaborados mandan a su staff con guaruras armados y un montón de seguridad. Mil veces prefieren que vaya el mexicano que el niño estadounidense. Pero la mayoría de los compañeros trabajamos sin seguro, ni seguridad de este lado”, comentó el periodista. 

 

Algo que recalcó son las diferencias abismales en lo que ganan los freelances. Muchas veces esa diferencia lo marca el saber inglés o no. Los reporteros se atienen al idioma extranjero para que los contraten y generen sus recursos.

 

El primer paso es cambiar ese término (fixer) y pasarlo como Productor Local o Productor de Campo. A veces a los fixer los desaparecen no sólo de los créditos de la investigación, sino del cuadro en general. Porque los medios publican información muy delicada y al rato encuentran al fixer encobijado en la calle. Lo productores locales también tenemos que decidir qué se publica y qué no, porque ellos se van y nos dejan con su desastre. No podemos seguir trayendo a un güero para que diga que este es el rincón más sucio y violento y nunca podamos regresar al campo y hacer nuestro propio trabajo. El costo social es demasiado alto por unos cuantos dólares”, señaló el periodista.

 

Gallardo dijo que los reporteros de frontera tienen la piel dura, porque los riesgos están a la orden del día en las corporaciones de seguridad, los grupos paramilitares o hasta los mismos políticos y gobernantes que se disgustan con el ejercicio periodístico. 

 

La pandemia ha frenado muchas cosas por la falta de trabajo y la reducción de la agenda mediática que giró de lleno en torno al Covid-19. Para los freelances todo se complicó, porque ya no hay temas que compren los medios si no están relacionadas con el virus. Y como la mayoría de las coberturas del SarsCov-2 son por medio de autoridades e instituciones, los periodistas locales quedaron fuera del marco de las grandes productoras de noticias.  

 

Cubrir algo en Tijuana no es poner la cámara, hacer entrevistas y me voy. Tienes que saber con quién hablas, en dónde estás parado, a qué hora y qué vas a contar. Tenemos que cuidar el trabajo que las generaciones anteriores hicieron en la frontera. No podemos seguir haciendo ese periodismo progresista que remarca los estigmas de la gente, criminalizándonos para que lo güeros vean el infierno en México”, mencionó Gallardo.

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