Fernando Vega es talachero desde hace 30 años. Durante este tiempo, ha visto pasar de todo tipo de llantas y tecnología a la que poco a poco se va adaptando para mantenerse vigente y poder ayudar a los pinchados que pasan por su cuadra.
Con ojos azules y las manos duras, Fernando cambia las llantas, coloca parches o se las ingenia con algún ‘menjurje’ para que el aire de permanezca dentro del caucho que hace mover tanto a automóviles como a motocicletas.
La peculiaridad de Fernando es la reparación de llantas de motocicletas, al que ninguno de sus competidores en el negocio se atreve a incursionar.
Cuando llegó una moto, Fernando metió la llave de cruz y una pinza de presión por el otro lado; quito el tornillo que le da eje a la llanta y desmontó el freno trasero, la cadena y el sproc que hace funcionar a las motocicletas.
No es lo mismo cambiar la de los carros, esas nomás las bajas, las parchas y las montas. En las motos tiene todo el sistema de locomoción en la parte trasera y hay que saber bien cómo van para no poner en riesgo a los clientes”, comentó Fernando.
El oficio no fue tan golpeado con la pandemia, ya que las pinchaduras y los percances siempre están presentes en la gran ciudad; sin embargo, sí disminuyó un poco porque la gente dejó de salir y por tanto no usaban los automóviles.
Platica Fernado que, después de 30 años trabajando de esto, se va haciendo de mañanas y va viendo cuales son las nuevas maneras; a veces con inyecciones o parche, y si es necesario se mete una cámara de hule, aunque ya no las usan los carros y las motos.
En medio de la oscuridad de su local, Fernando se mueve entre sus dos mascotas para conseguir sus herramientas, se pelea con el caucho y suda para que la rueda quede funcional y segura; se sube en ella, la golpea la mete en agua y la monta, para al final, colocarle pieza por pieza. El motociclista esperó no más de 20 minutos.
La moto se aleja y Fernando toma asiento esperando de nuevo algún agujero que necesite reparación para uno de los más granded inventos del hombre: la llanta.