
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un informe sobre seguridad y salud en el trabajo (SST) con perspectiva de género, el cual reveló que una vez más las mujeres han quedado de lado a la hora de la evaluación y prevención de riesgos laborales.
Dicho informe, titulado “Seguridad y Salud en el Trabajo con Perspectiva de Género: Desafíos y Avances en Iberoamérica”, elaborado en conjunto con la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), reportó la falta de medidas adaptadas a las necesidades de las mujeres y propone un enfoque más inclusivo en la prevención de riesgos laborales.
El estudio parte de las diferencias en salud entre mujeres y hombres, las cueles se dividen en diferencias biológicas y diferencias sociales
La investigación señala que la salud de mujeres y hombres se ve impactada de manera desigual por determinantes sociales y culturales, así como por la respuesta de los servicios y sistemas de salud para atender estos contrastes, ya que históricamente se ha tomado en cuenta, en mayor medida, el cuerpo masculino para la medicina, así como por la respuesta de los servicios y sistemas de salud para atender estas diferencias.
Teniendo en cuenta estas diferencias biológicas y sociales es que la OIT y la OISS se adentran en las diferencias en seguridad y salud en el trabajo entre mujeres y hombres, donde señalan que “las desigualdades de género constituyen uno de los principales factores estructurales que impulsan la inequidad en la salud y contribuyen significativamente a la inequidad sanitaria en el ámbito de la SST”.
En la investigación se enfatiza que la falta de perspectiva de género en el ámbito laboral puede perpetuar estas desigualdades y afectar negativamente la salud y la seguridad de las personas trabajadoras.
“Históricamente, la identificación y la evaluación de riesgos laborales han estado sesgadas a favor de los sectores masculinizados, lo que ha llevado a infravalorar los riesgos en los sectores feminizados y las diferencias en la salud reproductiva de mujeres y hombres, que están marcadas por las distintas exposiciones en el lugar de trabajo”, señala el informe.

El trabajo doméstico y de cuidados
Si a esto se le suma la doble carga de trabajo que realizan las mujeres: laboral y doméstico, aunado al de cuidados, el cual no es remunerado, la OIT y la OISS coinciden en que las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de acoso sexual y violencia en el lugar de trabajo.
“La falta de integración de la perspectiva de género en la SST conlleva la banalización de los riesgos laborales a los que se exponen las mujeres”, destaca el informe, que al mismo tiempo pone como ejemplo, que no existe la adaptación morfológica de los equipos de protección personal para las mujeres que lo necesitan, usando los diseñados especialmente para cuerpos masculinos.
“La normativa suele centrarse en sectores masculinizados, como la industria manufacturera y la construcción, y prestar menor atención a sectores feminizados, como el de los cuidados, que suelen adolecer de una alta informalidad, por lo que las mujeres trabajadoras tienen menos acceso a programas de formación y capacitación en SST y servicios preventivos”.
Además, especifica que implementar perspectiva de género en la seguridad y salud en el trabajo “implica tener en cuenta sistemáticamente las diferentes situaciones, condiciones, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres, e incorporar objetivos y actuaciones específicos dirigidos a eliminar las desigualdades”.
El informe señala que, al atender estas dobles necesidades en el ámbito laboral, se colabora a reducir las desigualdades, al mismo tiempo que reconoce riesgos específicos y condiciones de trabajo distingas para hombres y mujeres, lo que, a su vez, asegura, “mejora la calidad del trabajo, sino también el desarrollo social y económico de un país”.

Beneficios de la perspectiva de género en la seguridad y salud en el trabajo
Además, enlista los beneficios en gobierno, empresas y en las personas que laboran cuando se incorporación de la perspectiva de género en la gestión de la seguridad y salud en el trabajo:
Gobierno:
- Reducción de las desigualdades
- Mejora de la salud pública
- Cumplimiento de normativas internacionales
Empresas:
- Fomento de desarrollo sostenible
- Desarrollo económico
- Aumento de la productividad
- Reducción de ausentismo
- Reducción de costos
- Mejora de la reputación
- Atracción y retención del talento
- Innovación y creatividad
Personas trabajadoras:
- Mejora de la salud y la seguridad
- Mayor bienestar y satisfacción laboral
- Reducción del estrés y agotamiento
- Acceso igualitario a oportunidades de desarrollo

El rol de las mujeres en el ámbito laboral
En América Latina y el Caribe el 47 por ciento de las mujeres que están fuera de la fuerza laboral lo justifican por responsabilidades de cuidados, en comparación con el 7 por ciento de los hombres.
Destaca que las mujeres acceden a trabajos en condiciones más precarias que los hombres; que ocupan puestos de menor cualificación y remuneración, y se enfrentan a una mayor inestabilidad laboral y un mayor número de contratos a tiempo parcial y de duración determinada en comparación con los hombres.
Además, en contextos económicos desfavorables, son las primeras en perder su empleo.
Ante este panorama, la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social consideran que “es imperativo abordar la persistente feminización de la pobreza, la escasa representación política femenina, la violencia por razones de género, el impacto del cambio climático y los desastres naturales en las mujeres, así como el desigual acceso a los recursos. En la región de Iberoamérica esta necesidad se hace más evidente”.