Tras una reunión celebrada este domingo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo OPEP+ y de sus 10 aliados acordó ceñirse a sus objetivos de producción de petróleo, mientras los mercados petroleros luchan por evaluar el impacto de la desaceleración de la economía china en la demanda y el tope de precios del G7 para el petróleo ruso en la oferta.
La decisión se produce dos días después de que las naciones del Grupo de los Siete (G7) acordaran un precio máximo para el petróleo ruso.
La OPEP+, enfureció a Estados Unidos y otras naciones occidentales en octubre cuando acordó reducir la producción en 2 millones de barriles por día (bpd), alrededor de 2% de la producción mundial demanda, desde noviembre hasta finales de 2023.
Washington acusó al grupo y a uno de sus líderes, Arabia Saudita, de ponerse del lado de Rusia a pesar de la guerra de Moscú en Ucrania.
La OPEP+ argumentó que había recortado la producción debido a una perspectiva económica más débil. Los precios del petróleo han bajado desde octubre debido a un crecimiento chino y mundial más lento y a tasas de interés más altas, lo que provocó especulaciones en el mercado de que el grupo podría recortar la producción nuevamente.
Pero este domingo, el grupo de productores de petróleo decidió mantener la política sin cambios. Sus ministros clave se reunirán el 1 de febrero del 2023 para un comité de seguimiento, mientras que una reunión completa está programada para el 3 y 4 de junio.
Focos puestos sobre Rusia
La decisión, que no causó ninguna sorpresa, se tomó tras una rápida reunión por videoconferencia.
“El statu quo se justifica por la incertidumbre sobre el impacto en la producción de crudo ruso del nuevo paquete de sanciones”, comentó Giovanni Stauvono, analista de UBS.
Rusia está indignada contra la decisión de la Unión Europea (UE), el G7 y Australia de limitar el precio de su petróleo, que entrará en vigor el lunes “o poco tiempo después”.
Para este lunes, comenzará el embargo de la UE sobre las entregas marítimas de crudo ruso. Este impedirá los envíos de crudo ruso en buques cisterna a la UE, que representan dos tercios de las importaciones, lo que reduciría las arcas de Rusia para la guerra en Ucrania en miles de millones de euros.
El precio del barril de crudo de los Urales se sitúa actualmente en torno a los 65 dólares, apenas por encima del tope de 60 dólares, lo que implica un efecto limitado a corto plazo.
El Kremlin amenazó con suspender las entregas a cualquier país que adoptara la medida.
“La amenaza de Moscú pone a algunas naciones en una posición muy incómoda, elegir entre perder acceso a petróleo ruso barato o enfrentar sanciones del G7″, dijo el analista de Oanda, Craig Erlam.
Precios a la baja
Otro elemento que influyó en la decisión de la OPEP+, según el experto de UBS, fue “una cierta relajación” de las estrictas restricciones sanitarias en China, que podría reducir las preocupaciones del mercado.
La demanda de este país, que es el primer importador de crudo del mundo, es examinada con lupa por los inversores, y el menor signo de desaceleración de la economía o de resurgimiento de epidemias tiene un impacto directo en los precios.
En este sombrío panorama y frente al temor a una recesión mundial, el Brent del Mar del Norte y su equivalente estadounidense, el WTI, han caído alrededor de 8% desde la última reunión de la alianza a principios de octubre.
Aunque la OPEP+ optó por la cautela este domingo, la alianza podría en los próximos meses “adoptar una postura más agresiva” en una advertencia a Occidente, predice el analista de UniCredit, Edoardo Campanella.
“Esto podría empeorar la crisis energética mundial y podría enfadar a Washington, cuyos esfuerzos diplomáticos para conseguir una reducción de los precios han fracasado“, puntualizó.