La agencia Moody’s advirtió este jueves que el proyecto de México para generar más energía eléctrica a través de plantas hidroeléctricas está en riesgo frente a la perspectiva de sequías más frecuentes en la región.
Además, la calificadora internacional alertó que el desarrollo hidroeléctrico en Latinoamérica alcanzará su punto máximo en 2022 y comenzará a retroceder, ya que la crisis climática limita su expansión.
“Los planes del Gobierno incluyen más generación hidroeléctrica en la empresa eléctrica estatal Comisión Federal de Electricidad. No obstante, la perspectiva de sequías más frecuentes pone en riesgo este plan”, alertó Moody’s en su más reciente reporte sobre la generación de energía en América Latina.
En México, la energía hidroeléctrica representa 15% del total de generación de electricidad, según datos de la Secretaría de Energía (Sener).
De acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía, la crisis climática podría reducir la producción hidroeléctrica en la región en un promedio de 8% durante los próximos 40 años, con la excepción de los Andes.
“Los costos de desarrollo de la energía hidroeléctrica y las incertidumbres del cambio climático sugieren que la búsqueda de la energía hidroeléctrica ha alcanzado su punto máximo y comenzará a retroceder a partir de 2022”, señaló la calificadora.
La política energética de México planea aumentar la energía limpia dentro de su matriz energética a 35% para 2024, frente a 25% que producía en 2021, en coordinación con las metas establecidas por sus propias leyes y reconocidas frente a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Para ello, se plantea reducir el dominio del gas natural dentro de la matriz de generación eléctrica de México, aunque la calificadora señaló que “la creciente escasez de agua complicará los esfuerzos para cumplir con su objetivo de energía limpia”.
Esto, porque las alternativas disponibles para cubrir las caídas en la generación de energía hidroeléctrica requieren fuentes de combustible más caras, como el diésel, lo que aumentará los costos para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la contaminación global, dada la negativa del Gobierno mexicano de adoptar más fuentes renovables.
“Las dificultades de construir nuevas plantas de generación de energía hidroeléctrica lejos de los centros de consumo significan que el suministro adicional requerirá otras fuentes de combustible”, apunta el informe.