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Recuperación económica e impuestos, prioridades para Joe Biden en la Casa Blanca

La economía estadounidense se levanta lentamente de la recesión histórica provocada por la pandemia de Covid-19. 

Durante su campaña, Biden, de 77 años, prometió aumentar el salario mínimo, cambiar la fiscalidad, invertir masivamente en las infraestructuras o reducir las emisiones de CO2 del país. 

Pero, para lograrlo, deberá primero controlar la pandemia, mientras lidia con un Congreso que podría estar dividido entre una Cámara de mayoría demócrata y un Senado dominado por los republicanos, que podrían oponerse a cualquier propuesta de la nueva administración. 

Dos elecciones especiales previstas el 5 de enero en el estado de Georgia determinarán qué partido tendrá el control del Senado. 

Es un programa político ambicioso”, reconoce Shai Akabas, encargado de la política económica en el centro de reflexión Bipartisan Policy Center.

Un impuesto para los ricos

Al igual que el expresidente Barack Obama, bajo el que Biden fue vicepresidente, el futuro inquilino de la Casa Blanca asumirá sus funciones en un momento de dificultades económicas .

Pero esas ayudas empezaron a expirar a finales de julio, y el Congreso no se puso de acuerdo para extenderlas. Y hay pocas posibilidades de que se superen los obstáculos entre los republicanos y los demócratas en las últimas semanas de la presidencia de Trump. 

El voto de un nuevo plan de ayudas podría ser, por tanto, uno de los primeros temas espinosos para Biden. 

El demócrata se encargará luego probablemente de la fiscalidad. 

Según Mark Duggan, director del Instituto de Investigación sobre Políticas Económicas de Stanford, Biden aumentará los impuestos de las grandes empresas del país y de las personas que cobren más de 400 mil dólares al año. 

Para las personas de altos ingresos”, los cambios de política fiscal “serán bastante importantes”, considera Duggan. Para los demás “serán mínimos”.  

Oposición

La hoja de ruta para la economía de Biden incluye, por otra parte, 1.3 billones de dólares de inversiones en las infraestructuras, el aumento del salario mínimo, de las licencias por enfermedad pagadas, así como una política para estimular la producción nacional. 

Según el banco de inversiones JP Morgan, el nuevo presidente intentará probablemente de rebajar las tensiones con Pekín sin modificar inmediatamente el acuerdo bilateral. 

Cuando actúe, lo hará de forma conjunta con sus aliados en Europa, al contrario del enfoque unilateral de Trump, según JP Morgan. 

La administración Biden seguirá deshaciendo los vínculos tecnológicos con China, pero lo hará sistemáticamente en el seno de las estructuras de la normativa nacional e internacional”, anticipa el banco en un informe. 

Una de las principales dificultades para el nuevo gobierno será el déficit presupuestario, que subió hasta los 3.1 billones de dólares en el último ejercicio finalizado el 30 de septiembre, debido a los gastos de emergencia relacionados con el coronavirus. 

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