Este lunes, el ministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, dio marcha atrás en la polémica decisión de bajar impuestos a los más ricos, 10 días después de anunciar esta medida mal recibida por los mercados financieros, los electores y su Partido Conservador.
Este dramático giro tiene lugar menos de un mes después de la formación del nuevo Gobierno por la conservadora Liz Truss, que el 6 de septiembre sucedió a Boris Johnson como nueva primera ministra, defendiendo un controvertido programa económico ultraliberal.
“Está claro que la supresión del tipo impositivo de 45% se ha convertido en una distracción para nuestra misión de hacer frente a las dificultades de nuestro país”, escribió Kwarteng en Twitter horas antes de intervenir ante las bases del Partido Conservador, reunido en su congreso anual en Birmingham, en el centro de Inglaterra.
Posteriormente, en una entrevista con la BCC rehusó la posibilidad de dimitir.
Kwarteng prometió establecer un plan fiscal a mediano plazo el 23 de noviembre, junto con un pronóstico económico de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria independiente.
Paquete económico más amplio
La medida consistía en abolir el tramo superior del Impuesto Sobre la Renta, a altura de 45%.
Pero se inscribe en un paquete económico más amplio que incluye suprimir el límite a las primas de los banqueros y revisar un incremento previsto del impuesto de sociedades y una reciente subida de las cotizaciones a la seguridad social.
Al mismo tiempo, Truss y Kwarteng no descartaron recortar el gasto público y las ayudas sociales pese a que Reino Unido vive una grave crisis del coste de la vida, impulsada por una inflación de 10% y que sigue subiendo.
El Gobierno también anunció el 23 de septiembre un plan de apoyo a los hogares frente a los disparados costos de la energía.
Sin embargo, el conjunto fue criticado como favorable a los más ricos y provocó una tormenta política en el preciso momento en que los conservadores se reúnen en un congreso que debía celebrar la elección de Truss, pero acabó convirtiéndose en el primer desafío a su legitimidad.
Numerosos diputados conservadores, partidarios de su rival Rishi Sunak -exministro de Finanzas- en la elección por suceder a Johnson, amenazaron con votar en contra, anunciando una posible nueva revuelta en la Cámara de los Comunes.
“No puedo apoyar la eliminación de impuestos de 45 peniques cuando las enfermeras tienen dificultades para pagar sus facturas”, dijo la legisladora conservadora Maria Caulfield.
Presión de partido y electores
La Organización No Gubernamental (ONG) Oxfam aplaudió que el Gobierno haya comprendido que recortar los impuestos a los más ricos durante una crisis del costo de la vida no es el camino a seguir.
Su responsable, Katy Chakrabortty, pidió que los ministros no traten de equilibrar las cuentas a costa de quienes luchan por pagar facturas y alimentar a sus familias.
“Los servicios públicos, el bienestar y la ayuda son más necesarios que nunca”, aseguró la organización.
Después de que un reciente sondeo de YouGov diese al opositor Partido Laborista hasta 33 puntos de ventaja respecto a los conservadores, otra encuentra mostró el viernes que para 51% de los británicos Truss debería dimitir (36% de votantes conservadores) y 54% piensa que Kwarteng debería dejar el cargo (41% de conservadores).
Su plan económico, financiado con un incremento de la ya muy abultada deuda pública, ha desestabilizado los mercados en los últimos días.
La libra se desplomó a su nivel más bajo y las tasas de interés de la deuda pública alcanzaron a su nivel más alto desde la crisis de 2009, amenazando la estabilidad financiera del país.
El Banco de Inglaterra (BoE) tuvo que intervenir de urgencia para estabilizar una situación que provocó llamadas de atención del Fondo Económico Internacional y las agencias de notación de la deuda.
La libra subió después del anuncio de Kwarteng a alrededor de 1.12 dólares, aproximadamente, el valor que tenía antes de los anuncios presupuestarios del 23 de septiembre.
Esto da cierta seguridad a los mercados de que las tendencias más impulsivas de esta nueva administración pueden ser moderadas por el Partido Conservador comentó Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown.
Reconociendo errores en la forma de presentar el polémico paquete económico, en una entrevista, el domingo, Truss atribuyó la supresión del tramo de 45% exclusivamente a Kwarteng, provocando reacciones de sorpresa.
“Uno de los defectos de Boris Johnson era que a veces podía ser demasiado leal. Pero hay que encontrar un equilibrio, y lanzar a su ministro de Finanzas bajo el autobús en el primer día del Congreso, no lo es”, tuiteó la exministra de Cultura, Nadine Dorries.