Los 15 años consecutivos como presidente de Nicaragua no han sido suficientes para que Daniel Ortega supere la condición de este país, el segundo más pobre del continente americano, solo debajo de Haití.
Salir del subdesarrollo no es nada fácil y máxime en los pueblos de Centroamérica, donde viene un atraso que viene de muchas situaciones del pasado, de guerras”, señaló Adalberto Saavedra, Centro de Investigaciones sobre AL, UNAM.
Los nicaragüenses viven con un ingreso promedio equivalente a 40 mil pesos al año y ocupan uno de los 50 últimos lugares en calidad de vida entre 196 países, de acuerdo con la medición de la ONU.
Nicaragua experimentó una expansión promedio anual de casi 4% entre los años 2000 y 2017, que luego se desplomó y con la pandemia en 2020, marcó una regresión acumulada cercana a 9% del PIB en tres años.
Los efectos adversos de las protestas sociales de 2018 y 2019 en la inversión, el empleo y la economía en general, frenaron de manera abrupta su, de por sí, ralo crecimiento económico.
Lejos aún de la industrialización de su economía, con un sector de servicios débil, esta nación vive en gran medida de la exportación de materias primas y de las remesas que envían sus ciudadanos desde el exterior.
Comparativamente Nicaragua no vive esa serie de expulsiones de migración irregular y la migración que tiene no se da hacia el norte, se da básicamente a un país contiguo, que es Costa Rica, donde se estima más o menos que hay 650 mil nicaragüenses”, dijo Adalberto Saavedra, Centro de Investigaciones sobre AL, UNAM.