La mayoría de los ministros de Energía europeos se han mostrado reticentes a la idea de Francia, apoyada por España, de reformar el mercado de la electricidad ante la subida de los precios, en una reunión este martes en Luxemburgo.
Los precios de la electricidad en el mercado mayorista europeo están alineados con los del gas, que se han disparado.
Francia pide que “se desvinculen” para no penalizar a los consumidores franceses, a los que este mecanismo “obsoleto” les impide beneficiarse de los bajos costes de la energía nuclear.
Una posición apoyada por España y Grecia, pero muy criticada durante la reunión extraordinaria de ministros de los 27.
Hace falta un análisis en profundidad del funcionamiento de los mercados (…) el fenómeno no es solo coyuntural, se necesita un enfoque estructural”, afirmó la ministra francesa Emmanuelle Wargon.
El precio promedio de la electricidad sube a medida que se recurre a energías fósiles más caras, como el gas, para satisfacer el creciente consumo.
Nuestra propuesta es totalmente clara y contundente para desvincular los precios de las fuentes de energía, pero también para limitar los precios del gas”, agregó la secretaria de Estado española Sara Aagesen Muñoz.
Existe consenso sobre las medidas inmediatas (desgravaciones fiscales, subvenciones …) propuestas por Bruselas para amortiguar el impacto de la crisis, pero discrepancias acerca de las de largo plazo.
11 países (Alemania, Austria, Luxemburgo, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Holanda, Bélgica, Suecia) se oponen a una reforma del mercado de la electricidad porque consideran que la actual crisis se debe a “factores globales” coyunturales.
Nueve de ellos, incluida Alemania, estiman que un mercado en el que hay competencia entre proveedores “contribuye a la innovación y a la seguridad del suministro”, además de “facilitar la transición” hacia las energías verdes.
La Comisión Europea considera “eficaz” el sistema actual, conocido como de “precio marginal”, porque fomenta el desarrollo de las energías renovables, de bajo costo de producción.
Varios países también mantienen reservas ante la propuesta española de organizar compras conjuntas de gas debido a que conllevaría -dicen- el riesgo de largas negociaciones y dificultades de almacenamiento.
Por otro lado, Varsovia y Budapest critican los instrumentos climáticos de la UE, ya que la quinta parte del aumento de los precios de la electricidad se debe a que en un año se ha duplicado el precio del CO2 en el mercado del carbono, donde los proveedores de energía deben adquirir “derechos a contaminar”.
En Polonia, el precio del carbono representa el 40% del precio de la electricidad”, protestó el secretario de Estado polaco Adam Guibourgé-Czetwertynski.
No obstante casi todos los países se proponen acelerar el desarrollo de las energías renovables para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.