La tarde de este 6 de enero, la sesión del Congreso de Estados Unidos fue rota violentamente por simpatizantes de Donald Trump.
En hechos inéditos, una multitud iracunda saboteó la sesión en la que calificarían la elección del presidente electo, Joe Biden.
Con lujo de violencia, los manifestantes ingresaron al edificio custodiado por la policía.
Interrumpieron la sesión, proclamaron que Trump había ganado las elecciones presidenciales y se sentaron en la tribuna de la Cámara de Representantes.
Muchos ocuparon las oficinas de algunos congresistas, entre éstas, la de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Debido a la trifulca, se decretó un receso.
Agentes del Servicio Secreto se movilizaron para evacuar de inmediato a los legisladores y al vicepresidente, Mike Pence, del Salón de Plenos y así garantizar su integridad.
La congresista demócrata texana, Verónica Escobar, denunció que los terroristas cruzaron el capitolio, ingresaron al Salón de Plenos, traspasaron las puertas cerradas, cuando la policía del capitolio nos pidió que nos tiráramos al suelo.
Otros usaron máscaras antigas para protegerse.
Hay gases lacrimógenos y se nos indica que, cada uno de nosotros, tengamos máscaras que están debajo de nuestros asientos”, comentó Peter Welch, senador demócrata.
La policía recuperó la seguridad a las 5:45 de la tarde, hora local.
La toma vandálica del Capitolio dejó varios agentes heridos.
Además, una civil, que resultó herida de bala murió horas más tarde.
Trece manifestantes fueron arrestados.
La policía decomisó cinco armas y el FBI informó que se desactivaron dos artefactos explosivos cerca del Capitolio y en la sede del Partido Republicano.
En la instalación de la sesión conjunta del Congreso y a pesar de los intentos de Trump, el vicepresidente, Mike Pence, en su calidad de presidente del Senado, dejó claro que no podía alterar la decisión.
De acuerdo con la ley y la Constitución, el Senado y la Cámara de Representantes están en sesión conjunta para certificar los votos del Colegio Electoral”, señaló Mike Pence.
El líder demócrata en el Senado acusó a los republicanos de alentar un Golpe de Estado.
Enfrentamos una las mayores crisis que Estados Unidos ha enfrentado ahora”, dijo Chuck Schummer, senador demócrata.
En la Cámara de Representantes, los republicanos intentaron cuestionar la elección de Arizona.
Señor Presidente, el conteo en Arizona, certificado, fue regular y auténtico, en tiempo y forma”, mencionó Amy Klobuchar, senadora demócrata.
Previo a la sesión, el presidente Donald Trump encabezó un mitin que encendió a sus seguidores y dio pie a la violencia en el Capitolio.
No queremos que nuestra victoria electoral sea robada por demócratas radicales de izquierda, que es lo que están haciendo, y por los falsos medios de comunicación. Nunca nos daremos por vencidos, nunca cederemos, no reconozco cuando robaron la elección”, expresó Donald Trump.
Los seguidores de Trump rodearon el Congreso toda la tarde.
En respuesta a los actos de violencia, las autoridades decretaron toque de queda en Washington y Virginia desde las seis de la tarde hora local.
El Consulado de México, abrió un número telefónico de emergencia para los paisanos en la zona.
Los trumpistas se manifestaron también en Colorado, Georgia, Utah, Arizona y Kansas.