El cantante de corridos tumbados, Chuy Montana, fue asesinado después de ser privado de su libertad. Su cuerpo fue encontrado en la carretera Tijuana-Rosarito en Baja California.
La noticia del fallecimiento de Jesús Cárdenas Velázquez, conocido como Chuy Montana, cantante de corridos tumbados, fue confirmada por su disquera, Street Mob Records, a través de un comunicado en redes sociales.
En el mensaje, la disquera envió condolencias a la familia del cantante y pidió respeto ante este difícil momento.
Jesús comenzó a cantar desde muy joven, interpretando en casa, en fiestas familiares y con sus amigos. Un día, se le ocurrió ir a la garita de San Ysidro, uno de los pasos obligados para muchos mexicanos que cruzan hacia Estados Unidos.
Las filas en La Garita suelen ser kilométricas y Chuy aprovechaba para cantar y ganar unas monedas.
Fue en una de esas ocasiones que fue descubierto por Jesús Ortiz Paz, cantante de otra agrupación de corridos llamada “Fuerza Régida” y dueño de la disquera “Street Mob Records“, quien al escucharlo, le ofreció trabajar para su firma.
Ocho meses después, la vida de Chuy había cambiado drásticamente.
Sus carencias económicas se convirtieron en lujos, armas, mujeres y alcohol, el arquetipo que se ha convertido en sello entre los intérpretes de este género, como reflejaba en sus letras y en sus redes sociales.
Sin embargo, con la fama también llegaron la violencia y la muerte.
Ayer por la mañana, las autoridades recibieron una llamada de emergencia alertando sobre un hombre abandonado en la carretera Tijuana-Rosarito. Al llegar, encontraron su cadáver maniatado, esposado, con signos de violencia y un disparo en la cabeza.
En redes sociales, circulaban versiones de que Chuy había sido amenazado, al igual que otros artistas del género corridos.
La disquera Street Mob Records, con la que Chuy grababa, lamentó su asesinato. La misma compañía es propiedad de Jesús Ortiz Paz, quien fue arrestado el fin de semana por intentar ingresar a México en posesión de narcóticos, pero fue liberado horas después.
Chuy comparte así un trágico final con otros cantantes como Chalino Sánchez, Valentín Elizalde, El Shaka de Sinaloa y Sergio Gómez, quienes fueron ejecutados por motivos relacionados con el crimen organizado.