Durante 3 años, a mediados de los 50, Ignacio López Tarso estudió en la Escuela de Teatro de Bellas Artes, uno de sus maestros fue Javier Villaurrutia, de quien recibió la inspiración para continuar con la actuación.
Era un maestro al que yo tenía un especial afecto por él porque durante una enfermedad larga que tuve cuando joven, leí sus poemas, me gustó mucho y era un gran poeta, mejor poeta que maestro de teatro’’, aseguró el actor Ignacio López Tarso.
Su pasión era el escenario, en aquel tiempo no había televisión y el cine no figuraba en sus intereses, pero con el tiempo lo invitaron a hacer una película de donde surgieron grandes oportunidades como “el hombre de papel”.
“El Gallo de Oro”
Y “Tarahumara”…
He hecho 50 películas de las cuales, unas 20, 25 son buenas, buenas de verdad, tal vez la más significativa sea Macario, la primera cinta mexicana que compitió por el Óscar a mejor película extranjera en 1961.
Aseguraba que siempre fue buen amigo de sus compañeros cineastas como Arturo de Córdoba, Pedro Armendáriz, Rosita Quintana, María Félix, e incluso de los más difíciles, como Emilio Fernández.
Porque sabía a qué hora levantarme de la mesa y ya despedirme en las reuniones con él, porque era una gente de mal vino, bebía mucho y cuando se le pasaban las copas era un hombre agresivo, majadero y broncudo, imposible de trato’’, afirmó el actor Ignacio López Tarso.
Y a sus más de 90 años, continuó teniendo envidiables compañeros de escenario.
“He trabajado con las mejores, con las más guapas, con las más famosas – y todavía-!
Por alrededor de 70 años no ha dejó de pisar los escenarios. La clave, es la misma que comparte con los futuros actores’’, agregó el emblemático actor Ignacio López Tarso
Estudio constante, práctica constante, el teatro o el actor no se hace en la academia, puedes tener los mejores maestros, los mejores textos en la academia, pero te haces actor en el escenario, lo otro es teoría’’, afirmó el actor Ignacio López Tarso.