El Palacio de los Deportes volvió a lucir como en sus mejores años, con conciertos de alto nivel y ríos de gente abarrotando el domo de cobre del inmueble.
En esta ocasión fue Zoé quien hizo estremecer a los miles de fans en el Palacio de los Deportes.
Fue una intensa y catártica gala de rock con la banda Zoé ofreciendo un paseo dirigido a sus fanáticos, destacando sus más recientes rolas y un extenso recorrido por sus éxitos de ayer.
Zoé abrió el concierto de este sábado con su nuevo sonido. El que lo aleja de Phil Vinall, el productor que perfeccionó algunos de sus éxitos, como Vía Láctea, Soñé, No me destruyas. El Zoé de esta noche toca canciones alusivas al karma. Karmadame se llama la segunda canción: un tema que ineludiblemente alude al presente pandémico que enseñó que el futuro es poco más que un relato.
Por supuesto se refiere al tiempo en que Zoé fue el referente del rock en español. Comenzaron el concierto con las canciones nuevas. “No hay mal que no dure” demostró que Zoé tiene un sello propio. Luego llegó “Nada”, recordatorio de que Zoé también es nostalgia.
“Vía Láctea” y “Paula”, del Memo Rex, el disco que los llevó a la fama desde el difícil terreno de la independencia.
León Larregui salió al escenario más maduro, lejos de aquel chico inseguro del Teatro Metrópolitan. En su lugar salió un hombre decidido a demostrar por qué Zoé sigue llenando, provocando. El concierto lo cierra “Soñé”, canción pop de una generación que hace 20 años no llenaba ni el Chopo.