Se cumplen 30 días de asedio militar israelí sobre la Franja de Gaza. 720 horas de constantes bombardeos, por lo que los sobrevivientes están agotados, con hambre y sed, sólo piden paz.
“¡Ya es suficiente! No podemos soportar más guerras… Aquí en esta calle cada persona es un civil…”, comentó Um Muhammad al-Ramlawi, habitante de la Ciudad de Gaza.
Los alimentos y el agua son usados como armas en una ofensiva dispar y los civiles son escudos humanos. Son 30 días sin pausas humanitarias y el Gobierno israelí advierte que no las habrá.
“Israel se niega a una tregua temporal que no incluya la liberación de nuestros rehenes (…) Israel no permitirá la entrada de combustible a Gaza y se opone a transferir dinero a la Franja”, dijo Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel.
La sombra del genocidio se ciñe sobre Gaza; advierten los relatores independientes de la ONU.
Gaza, dicen, huele a muerte. Ya 50 médicos perdieron la vida, así como 40 periodistas, ante la incredulidad e indignación de sus colegas. En estas cuatro semanas han muerto más informadores que en ningún otro conflicto en al menos tres décadas.
“No hay protección internacional en absoluto, no hay inmunidad para nada, estos escudos y estos cascos no nos protegerán, son sólo lemas que usamos. No protegen a nadie en absoluto”, confesó un corresponsal de Palestina TV.
Imágenes de verdadero terror: restos de cuerpos, calles y paredes manchadas de sangre, autos carbonizados y toneladas de escombros.
Casas, escuelas, mezquitas, iglesias, hospitales… han sido blanco de ataques israelíes por aire, mar y tierra, y ahora son ruinas, escombros, destrucción.
Desde el 7 de octubre las sirenas de las ambulancias se escuchan día y noche por todo el territorio. No hay una ciudad en Gaza, libre de víctimas y desplazados.
Sin energía eléctrica en los hospitales, valientes médicos y enfermeras iluminan habitaciones con la escasa luz de celulares.
La ciudad de Gaza, la mayor urbe de la Franja, ha sido epicentro de feroces ataques en la última semana.
Israel reconoció que el terreno es complicado, con kilómetros de túneles subterráneos que los militantes de Hamás aprovechan para el ataque y defensa.
Hamás liberó a cuatro mujeres rehenes, pero otros 240 permanecen en Gaza, aunque la organización informó que unos 100 murieron durante los brutales bombardeos.
Sólo hace una semana, el paso de Rafáh, frontera con Egipto, abrió sus puertas para permitir la salida de heridos, palestinos con doble nacionalidad y extranjeros. Entre ellos, las mexicanas Michelle Ravel y Bárbara Lango.
A un mes después del ataque de Hamás a Israel, la vida de los gazatíes ha sido trastornada por la ofensiva del ejército israelí.
Reabren paso fronterizo con Egipto para evacuaciones desde Gaza