Armenia anunció este martes la muerte de al menos 49 de sus soldados en enfrentamientos fronterizos con Azerbaiyán, los peores combates entre ambos países rivales desde su guerra de 2020 por la disputada región de Nagorno-Karabaj.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, anunció ante el Parlamento que la cifra definitiva de pérdidas humanas aún no se conoce con certeza.
Pese a un alto al fuego anunciado por Rusia y que habría entrado en vigor a las 06H00 GMT (01:00 horas centro de México), el Ministerio de Defensa azerbaiyano aseguró que Armenia estaba violando “intensamente” el alto al fuego a lo largo de la frontera usando artillería y otras armas pesadas.
Un poco antes, Azerbaiyán había afirmado que había cumplido “todos sus objetivos” en los combates registrados su frontera con Armenia.
“A pesar de una fuerte disminución de la intensidad de los bombardeos, el enemigo continúa intentando avanzar”, señaló el Ministerio armenio de Defensa.
Llamados a la prudencia
Armenia y Azerbaiyán, dos exrepúblicas soviéticas rivales del Cáucaso, han librado dos guerras en las últimas tres décadas por el control de la región de Nagorno-Karabaj, la última de las cuales tuvo lugar en 2020.
Los nuevos combates, que estallaron el lunes por la noche, ilustran lo volátil que sigue siendo la situación y amenazan con hacer descarrilar un frágil proceso de paz mediado por Europa.
Ambos países se acusan mutuamente de haber iniciado las hostilidades.
El primer ministro armenio denunció una “agresión” de Azerbaiyán y, en conversaciones telefónicas durante la noche, pidió una reacción al presidente ruso, Vladimir Putin; al francés, Emmanuel Macron o al jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, instó este martes a los dos países a “tomar medidas inmediatas para rebajar tensiones” y a resolver todos los problemas mediante el diálogo, informó su portavoz, Stéphane Dujarric.
La Unión Europea (UE) reclamó un cese de las hostilidades y anunció que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que había dirigido una mediación entre ambos países, discutiría con los dos beligerantes.
Antony Blinken llamó a los dirigentes de ambos países para instarles a encontrar una solución al conflicto.
Rusia también hizo un llamado a “la prudencia”, declaró a la prensa el consejero del Kremlin Yuri Ushakov, precisando que el consejo de seguridad de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar liderada por Moscú, preveía discutir sobre ese asunto durante una reunión por videoconferencia el martes por la noche.
Rusia, “en un mal momento”
Según el Kremlin, Putin está “personalmente implicado” y haciendo todos los esfuerzos posibles para ayudar a reducir la tensión.
Aunque los choques en la frontera que comparten han sido frecuentes desde que terminó la guerra de 2020, los combates de este martes fueron de un alcance inédito.
“La escalada es consecuencia de un bloqueo en los diálogos de paz”, subrayó a la AFP el analista Tatoul Hakobian, quien apuntó que el conflicto en Ucrania modificó el equilibrio de fuerzas en la región, al estar Rusia, apoyo de Armenia, “en un mal momento”.
Según él, Azerbaiyán desearía aprovecharse de esta situación para obtener concesiones de Armenia lo antes posible.
Pero para Farid Chafiev, presidente del Centro de Análisis de Relaciones Internacionales de Bakú, el verdadero “obstáculo importante para la paz” es la presencia ilegal de soldados armenios en Azerbaiyán, en alusión a Nagorno-Karabaj.
Históricamente complicadas, las relaciones entre Ereván y Bakú continúan estando envenenadas por su diferendo sobre esa región, un enclave mayoritariamente poblado por armenios que se declararon independientes de Azerbaiyán con el apoyo de Armenia.
Los países vecinos han librado dos guerras, una en la década de 1990 y la otra en 2020, en torno a este enclave azerbaiyano con población armenia.
Las seis semanas de combates en 2020 dejaron más de 6 mil 500 muertos y terminaron con un alto el fuego mediado por Rusia.
En virtud del acuerdo, Armenia cedió partes del territorio que controló durante décadas y Moscú envió a unos 2 mil soldados para supervisar la frágil tregua.