Al menos ocho personas murieron este domingo 31 de marzo en la explosión de un coche bomba en un mercado de una ciudad del norte de Siria, controlada por fuerzas proturcas, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
La explosión se produjo en Azaz, en la provincia de Alepo, un poco después de la medianoche cuando el mercado estaba lleno de personas que hacían sus compras para celebrar el fin del ayuno del Ramadán, reportó un corresponsal de la AFP.
Al menos “ocho personas murieron y 23 resultaron heridas” al estallar “un coche bomba en medio de un mercado” en Azaz, según el OSDH, una organización con sede en Reino Unido, pero que dispone de una amplia red de fuentes en el terreno.
La explosión causó “importantes daños” y desató un incendio, agregó el OSDH.
Los atentados con explosivos e incidentes de este tipo son frecuentes en las áreas del norte de Siria controladas por fuerzas proturcas y donde se mezclan los enfrentamientos entre organizaciones armadas y la amenaza de los yihadistas del grupo Estado Islámico, tras años de guerra civil.
Jaled al Nowmeh, de 36 años, tiene una farmacia en Azaz. El hombre relató que fue al mercado con su mujer y sus hijos a comprar ropa cuando se produjo la explosión.
“Escuchamos el estallido y corrimos (…) mi hijo empezó a llorar”, contó, quejándose de la falta de seguridad en esta región.
Thaer Hafar, de 34 años, trabaja en una tienda en Azaz y afirmó que estaba de camino al mercado con su familia cuando tuvo lugar la explosión, que “todos” escucharon.
Según dijo, la gente estaba aterrorizada de que pudiera haber un segundo coche bomba. “No hay seguridad”, señaló a la AFP. “Incluso cuando estamos en casa tenemos miedo”, agregó.
La guerra civil de Siria
La guerra civil de Siria comenzó en 2011 tras la represión gubernamental de protestas pacíficas y evolucionó en un conflicto que involucró a otros países y a grupos yihadistas.
El conflicto ha matado a más de 507 mil personas, desplazado a millones y diezmado la economía y la infraestructura del país.
Turquía lanzó varias ofensivas en Siria, la mayoría de ellas contra milicianos kurdos a los que Ankara vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que sostiene una insurgencia contra el Estado turco.
Las tropas turcas y sus aliados sirios controlan varias zonas de la frontera.