Prevalece la incertidumbre en Alemania, tras las reñidas elecciones generales del domingo 26 de septiembre.
Si bien los resultados dan mayoría al partido socialdemócrata, no definen al sucesor de Angela Merkel, quien deja el poder tras 16 años al frente.
Datos preliminares dan 25.7% de los votos al ministro de finanzas y vicecanciller saliente, Olaf Scholz, del partido socialdemócrata.
Si se juntan tres partes y todas están de acuerdo en querer que Alemania avance hacia los años 20, entonces puede ser algo bueno, incluso si tienen diferentes puntos de partida y queremos unir esto y ponerlo en su lugar de una manera constructiva”, Olaf Scholz.
Mientras, la alianza conservadora de la unión demócrata cristiana, de Merkel, y su partido aliado bávaro, encabezada por Armin Laschet, logran 24.1%, el peor resultado de su historia en siete décadas.
Las razones de este resultado electoral son complejas. Esto quedó claro hoy en los discursos de muchos colegas del Comité Ejecutivo Federal. Y, por supuesto, también sé que tengo mi parte de responsabilidad en este resultado electoral”, Armin Laschet, candidato de la Unión Demócrata Cristiana.
Tanto Scholz como Laschet pretenden conformar un gobierno antes de Navidad.
En Alemania, el canciller es elegido por los diputados, una vez formada la mayoría.
Pero esta vez es complicado, debido a la fragmentación del voto, por lo que se prevé una alianza tripartita con el partido de los verdes, encabezado por Annalena Baerbock, que aparece en tercera posición, con 14.8% de los votos.
Los partidos más pequeños señalaron que planean hablar entre ellos antes de entablar discusiones con la CDU/CSU o el SPD, y si pueden llegar a un consenso sobre una especie de proyecto de gobierno”, Noah Barking, politólogo del German Marshall Found de EUA.