La coalición militar liderada por Arabia Saudita en Yemen negó su responsabilidad en el ataque aéreo, que el viernes causó la muerte a alrededor de 80 reos y un centenar de heridos, en una prisión de Saada, administrada por los rebeldes hutíes.
Sin embargo, reconoció haber destruido un centro de telecomunicaciones en la ciudad de Hodeida, controlada por los rebeldes, argumentando que tenía por objetivo un núcleo de piratería y crimen organizado. Se desconoce el número de víctimas.
Ante los hechos, el portavoz del ministerio de exteriores iraní, Said Khatibzadeh, condenó los mortíferos ataques y advirtió que los bombardeos harían más difícil el proceso de paz en este país.
En más de siete años de guerra, todas las partes en el conflicto han sido acusadas de “crímenes de guerra” por expertos de las Naciones Unidas.
Cuestionada por múltiples “errores”, la coalición militar los reconoce, pero a su vez acusa a los insurgentes de utilizar a los civiles como escudos humanos.