En el Vaticano inició el histórico juicio por corrupción y malversación de fondos, extorsión, blanqueo de dinero y abuso de poder, donde comparecerá como imputado el cardenal italiano, Angelo Becciu.
El purpurado será juzgado junto con otros nueve acusados, entre empresarios y funcionarios de la Curia Romana.
En el proceso se abordará la controvertida compra de un lujoso edificio de 17 mil metros cuadrados en el distrito de Chelsea, en Londres, con valor de 350 millones de euros.
Los jueces deberán determinar si el vaticano fue defraudado por los empresarios o se trató de un acto de corrupción interna, liderado por jerarcas de la iglesia.
El caso además representa un reto para el papa Francisco, ya que revela el descontrol en las finanzas vaticanas, por lo que tuvo que iniciar una reforma interna y de hecho saca a la luz los privilegios oscuros de varias entidades vaticanas.
Entre los diez acusados, la mitad estaba al servicio del papa Francisco durante la controvertida compra del edificio en el elegante distrito londinense de Chelsea, del que el papa ha pedido desprenderse rápidamente.