Un tema que ha generado rechazo unánime en México, es la iniciativa de congresistas estadounidenses de gravar con 5 por ciento a las remesas que envían las personas migrantes a sus países de origen.
El rechazo es explicable porque las personas migrantes mexicanas en la Unión Americana, realizan hasta cuatro pagos por concepto de intermediación.
Al generador de la remesa, la empresa intermediaria privada le cobra una comisión en efectivo, en dólares, y le fija un tipo de cambio distinto al del mercado, más barato en pesos, que le son restados de la cantidad enviada.
Al beneficiario de la remesa, generalmente le cobran también una comisión en efectivo y nuevamente la empresa gana imponiendo un tipo de cambio menos benéfico para el receptor.
Una alternativa son los servicios de la Financiera para el Bienestar, institución pública que no aplica ninguno de esos cobros y tiene más de mil 700 sucursales en el país, con énfasis en zonas rurales.
De acuerdo con la firma generadora de estadísticas “Statista”, las firmas privadas más utilizadas para el envío de remesas son Western Union, que domina más del 30 por ciento del mercado, MoneyGram, PayPal, Xoom y Wise.
Por ejemplo, por el envío de 500 dólares, Western Union y MoneyGram cobran 1.99 dólares en efectivo a quien envía, además del recargo cambiario.
En México, las empresas privadas asociadas con las firmas que envían remesas, van desde supermercados como Walmart, firma cobra dos dólares y medio por cada 500 dólares entregados, y los bancos, como Banamex, que aplican una comisión de 15 por ciento más IVA.