Las fuerzas de seguridad somalíes trabajaron para poner fin a ataque contra un hotel en Mogadiscio por parte de combatientes yihadistas que, según las autoridades, ha matado al menos a 13 civiles desde que se desató el asalto, hace más de 24 horas.
Los yihadistas de Al Shabab, un grupo vinculado a Al Qaida, irrumpieron entre disparos y explosiones en el popular hotel Hayat de Mogadiscio el viernes por la noche y desde entonces se encuentran atrincherados en su interior.
Decenas de personas quedaron atrapadas cuando comenzó el ataque y, aunque las autoridades dijeron que se había rescatado a decenas, incluidos niños, no se sabe cuánta gente permanecen dentro.
En las cercanías del complejo se podían escuchar disparos y explosiones esporádicas. Las fuerzas de seguridad han levantado un amplio cordón de seguridad alrededor del área del hotel y bloqueado algunas carreteras.
Se trata del principal ataque en Mogadiscio desde la elección en mayo del nuevo presidente somalí Hassan Sheikh Mohamud, que por el momento no se ha pronunciado públicamente sobre el ataque.
Al Shabab, grupo vinculado a red de Al Qaida
Al Shabab, un grupo vinculado a la red de Al Qaida que desde hace 15 años lucha contra el gobierno de este país del Cuerno de África, reivindicó el ataque.
Abdiaziz Abu Musab, portavoz del grupo, aseguró en declaraciones a la radio Andalus que sus fuerzas aún controlaban el hotel y que con el ataque habían “causado numerosas bajas”.
Una mujer, Hayat Ali, dijo que las fuerzas de seguridad encontraron a tres niños de entre cuatro y siete años, familiares suyos, escondidos en el baño de un hotel en estado de shock, tras lo cual pudieron reunirse con su familia.
Decenas de personas se congregaban en los alrededores del hotel, frecuentado habitualmente por cargos del gobierno y el ejército, para intentar saber qué había ocurrido con familiares o amigos.
EUA restablecer presencia militar en Somalia
Estos ataques llegan después de que Estados Unidos anunciara hace unos días haber matado en un asalto aéreo a 13 milicianos de Al Shabab que combatían contra las fuerzas regulares somalíes alrededor de Teedaan, a unos 300 km al norte de Mogadiscio y cerca de la frontera con Etiopía.
El presidente Joe Biden decidió en mayo restablecer la presencia militar estadounidense en Somalia, revirtiendo la decisión de su predecesor Donald Trump, que había ordenado la retirada de las tropas.
Los yihadistas llevaron ataques a cabo en las últimas semanas en la frontera entre Etiopía y Eritrea, generando interrogantes sobre un posible cambio de estrategia.
Los militantes de Al Shabab fueron expulsados de Mogadiscio en 2011 por una fuerza de la Unión Africana, pero todavía controlan grandes porciones de territorio y tienen capacidad de realizar acciones letales contra objetivos civiles y militares.
El nuevo presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, dijo en julio que no se podrá vencer a los milicianos con el único recurso de la fuerza militar, si bien precisó que aún no era el momento de encarar una negociación.
Además de la insurgencia, Somalia también sufre una devastadora sequía que ha expulsado a un millón de personas de sus hogares y ha dejado al país amenazado por la hambruna, según Naciones Unidas.