Los cruentos ataques rusos no dieron tregua ni el domingo de Pascua ortodoxa en Ucrania, sobre todo en la ciudad de Mariúpol.
“El enemigo continúa lanzando bombas de aire, fuego de artillería de barcos, se disparan armas”, dijo Svyatoslav Palamar, comandante adjunto del regimiento Azov.
Para detener el asedio contra este puerto, Ucrania propuso a Rusia dialogar junto a la planta donde están atrincherados cientos de soldados y civiles.
“Invitamos a los rusos a celebrar una ronda especial de conversaciones en el lugar justo al lado de los muros de Azovstal. Nuestros interlocutores rusos fueron convocados a conversaciones para acordar un alto el fuego inmediato”, señaló Oleksiv Arestovych, consejero presidente de Ucrania.
A dos meses de la invasión rusa, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió una tregua inmediata en esta ciudad para evacuar civiles, mientras el Papa Francisco reiteró su llamado a detener los ataques.
“En lugar de detenerse, la guerra ha empeorado”, puntualizó el Papa Francisco.
En la catedral de Kiev, el presidente Volodímir Zelenski afirmó, en un mensaje de Pascua, que nada ni nadie puede derrotar a Ucrania; decenas de civiles acudieron a las iglesias.