Internacional

Austria realiza millones de tests para evitar tercera ola de COVID-19

Austria tuvo problemas para frenar la segunda ola del nuevo coronaviru, pero para evitar una tercera se está convirtiendo en líder mundial en tests de detección, con 3 millones de pruebas por semana, la mitad de ellas en colegios.

Más de 500 centros, 900 farmacias y mil empresas proponen detección gratuita de coronavirus, mientras que los estudiantes se someten al ritual ellos mismos, dos veces por semana.

Un enfoque que al principio no tuvo eco.

“Pruebas masivas sin multitud”, titulaban los periódicos en diciembre cuando se montaron los primeros sitios en pleno confinamiento.

Pero se aceleró en febrero, cuando se flexibilizaron las restricciones y las actitudes comenzaron a cambiar por necesidad.

Ahora, hay que presentar una prueba negativa de menos de 48 horas para ir a la peluquería, en determinadas estaciones de esquí o en la entrada de las residencias de ancianos.

 

Nuestra estrategia consiste en una frecuencia alta de tests y que sean de fácil acceso”, explicó Katharina Reich, jefa médica del ministerio de Salud.

 

Es la única forma de mantener la pandemia bajo control porque las variantes son preocupantes y la vacunación, lenta”, agregó.

Austria lleva a cabo 24 tests diarios por cada mil habitantes, contra apenas cinco en Francia y menos de dos en Alemania, lo que la coloca en el pelotón de cabeza a nivel mundial.

Además, Katharina Reich espera que entre el 60 y el 70% de los 8.9 millones de habitantes se haga la prueba dos o tres veces por semana.

También los habitantes podrán tener a partir del 1 de marzo tests para hacer en casa.

 

Es nuestra segunda arma en la lucha contra el COVID-19, a la espera de que se vacune a la mayoría de la población”, mencionó Katharina Reich.

Por su parte, Monika Redlberger-Fritz, jefa del centro de virología de la Universidad de Viena, confirmó la importancia de los tests, pero advirtió que no hay que bajar la guardia.

 

No significa que puedas echarte en brazos de tu abuela”, indicó Monika Redlberger-Fritz.

La República Checa y Alemania siguen muy de cerca esta estrategia.

Desde la reapertura de los colegios el pasado 8 de febrero, los niños reciben un kit, que consiste en un hisopo de algodón para girarlo en cada fosa nasal.

Obtienen los resultados en 15 minutos y, aunque no son tan fiables como una prueba de PCR, permiten limitar los contagios, según el ministro de Educación, Heinz Fassmann, quien asegura que muy pocos alumnos se oponen y si lo hacen no pueden ir a las clases.

Los austriacos cumplen con esta obligación, les guste o no, para poder recuperar un poco de libertad.

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