La primera erupción en 38 años del volcán Mauna Loa de Hawái activo más grande del mundo está atrayendo a los espectadores a un parque nacional para disfrutar de vistas “espectaculares” del evento y también está sacando a la luz malos recuerdos entre algunos residentes que han pasado por desgarradoras experiencias volcánicas en el pasado.
Hace solo cuatro años, Nicole Skilling huyó de su casa cerca de una comunidad donde la lava destruyó más de 700 residencias.
Se mudó al área de South Kona, solo para encontrarse cargando su automóvil con alimentos y suministros esta semana después de que Mauna Loa entró en erupción el domingo por la noche .
Inicialmente, a los funcionarios les preocupaba que la lava que fluía por el costado del volcán se dirigiera hacia el sur de Kona, pero los científicos luego aseguraron al público que la erupción migró a una zona de grietas en el flanco noreste de Mauna Loa y no amenazaba a ninguna comunidad.
“Simplemente sucedió anoche, así que realmente no he tenido mucho tiempo para preocuparme por eso, básicamente. Y afortunadamente, en este momento, está en la zona de ruptura del noreste. Pero si se rompe en el lado oeste, es cuando estamos hablando de entrar en una gran área poblada. Es por eso que tengo un poco de PTSD”, dijo Skilling.
Autoridades abren refugios
Aunque no hubo órdenes de evacuación, algunas personas decidieron abandonar sus hogares, lo que llevó a las autoridades a abrir refugios en las áreas de Kona y Kau.
“Muy pocos, si es que alguno, se quedó en ellos durante la noche”, dijo el alcalde del condado de Hawái, Mitch Roth.
A pesar de eso, algunos en el área se estaban preparando para cambios impredecibles.
Kamakani Rivera-Kekololio, que vive en la comunidad de Hookena, en el sur de Kona, guardaba suministros como comida y mantas en su automóvil.
“Estamos siendo makaukau para cualquier cosa”, dijo Rivera-Kekololio, usando la palabra hawaiana para “listo”.
Ken Hon, científico a cargo del Observatorio de Volcanes de Hawái, dijo el martes que la lava fluía “no muy rápido” a menos de un kilometro por hora, aunque la velocidad exacta aún no estaba clara.
Asimismo, indicó que se movía cuesta abajo a unas 6 millas (10 kilómetros) de Saddle Road, que conecta los lados este y oeste de la isla, y que era probable que el flujo disminuya a unas 4 millas (6.4 kilómetros) de la carretera cuando llegue a un terreno más plano.
Sin embargo, señaló, no se sabe si la lava llegará a la carretera o si podría llegar a un terreno más plano más tarde.
Ni siquiera estamos seguros de que llegue a la carretera, pero ese es sin duda el siguiente paso en el progreso si continúa con estas tendencias”, explicó.
El olor a gases volcánicos y azufre flotaban en el aire el martes a lo largo de Saddle Road, donde la gente observaba cómo se acercaba una gran corriente de lava.
Las nubes se despejaron para revelar una gran columna de gas y cenizas que se elevaba desde un respiradero abierto en la cumbre sobre el flujo.
Emiten emergencia
El gobernador David Ige emitió una proclamación de emergencia.
“Estamos agradecidos de que el flujo de lava no esté afectando las áreas residenciales en este momento, lo que permite que las escuelas y los negocios permanezcan abiertos. Estoy emitiendo esta Proclamación de Emergencia ahora para permitir que los socorristas respondan rápidamente o limiten el acceso, si es necesario, a medida que continúa la erupción”, dijo en un comunicado.
Hon indicó que la lava cruzó el camino de acceso al Observatorio de Mauna Loa el lunes por la noche y cortó el suministro eléctrico a las instalaciones.
Además, dijo que podría moverse hacia la sede del condado de Hilo, pero eso podría llevar una semana o más. Mientras tanto, los científicos están tratando de medir el gas emitido por la erupción.
“Es muy temprano en esta erupción en este momento”, dijo Hon.
La erupción está atrayendo visitantes al Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, que está abierto las 24 horas del día.
Actualmente, los visitantes pueden presenciar dos eventos eruptivos: el resplandor del lago de lava de Kilauea y la lava de una fisura de Mauna Loa.
Pese a erupción, residentes no dejan sus hogares
La gente en el vecindario norteño de Hilo, más cercano a la erupción de Mauna Loa, se mostró cautelosa, pero no demasiado asustada el martes.
Lindsay Cloyd, de 33 años, dijo que la pone un poco nerviosa, pero se siente segura y también asombrada por las fuerzas de la naturaleza que suceden en su patio trasero.
Originaria de Utah y viviendo en Hawái desde hace solo unos años, nunca ha sido parte de una erupción.
La amenaza de la lava nunca se planteó cuando estaba comprando la propiedad, pero había vivido en Hilo durante más de una década y conocía los riesgos.
“Si miraras alrededor de mi propiedad, verías formaciones de rocas de lava que sobresalen. Vivimos en un volcán activo, por lo que en todas partes hay una especie de zona de lava”, dijo.
La última erupción del Mauna Loa llegó cerca de su vecindario, pero se detuvo en seco.