Ucrania llora sus ciudadanos y ciudadanas ausentes, aunque sin certeza del destino que tuvieron, tras 52 días de ataques rusos. El lamento alcanza a las autoridades, como en Trostianets, ciudad de la región Sumy, de las primeras en ser invadidas.
“Tratamos de averiguar si están presos o muertos. Encontramos fosas comunes y no está claro quién las cavó. Se exhumarán los cuerpos. Hay al menos 50 cadáveres, a algunos les dispararon en la calle, a otros los encontraron con manos atadas y ojos vendados, personas con disparos en la cabeza”, detalló el alcalde de esta ciudad, Volodymyr Vakin.
Al sureste de Ucrania, la situación no pinta mejor. En Barvinkove, una pequeña ciudad en medio de un triángulo entre Járkov, Donestk y Lugansk. Eje de la ocupación del Kremil, un destacamento del ejército ucraniano se prepara para el anunciado embate ruso.
“Les daremos una bienvenida digna, y lucharemos hasta el final por lo que tenemos, nuestra querida Ucrania. Todo llegará a su fin, pero no retrocederemos porque es nuestra tierra”, añadió el soldado, Bess.