Al mes, más de dos mil millones de dólares reciben las bandas de “polleros” que operan en la frontera entre México y Estados Unidos por “meter” a ese país a quienes persiguen el sueño americano.
Un enorme negocio ilegal y lleno de corrupción de los dos lados de la frontera, que pone todos los días en riesgo la vida de miles de migrantes.
Los que gastan todo lo que tienen y se endeudan para pagar a los “coyotes”, que los cruzarán al otro lado del río.
De acuerdo con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, este negocio les dejó a estos delincuentes más de 350 millones de dólares mensuales en 2019, cantidad que se ha quintuplicado en años recientes.
Organismos internacionales indican que, debido a la pandemia, en los últimos meses, cada migrante llega a pagar de 15 mil a 20 mil dólares por “asegurar”, dicen, el paso.
El monto lo fijan los coyotes quienes “ofrecen” un paquete: transporte, extorsión a las autoridades en el camino y protección contra bandas criminales.
La Secretaría de Gobernación reveló que 70% de los migrantes centroamericanos paga a traficantes para llegar a Estados Unidos.
Esto significaría que 1.6 millones de personas contrataron un intermediario para cruzar la frontera.
Considerando que todos ellos pagaron 15 mil dólares, los polleros obtuvieron casi 25 mil millones tan sólo el año pasado.
Medio millón de dólares arriba de lo que Pemex obtuvo en 2021 por exportaciones petroleras.
Se trata de un negocio que ha convertido a quienes huyen de crisis económicas, políticas y sociales, en una mera mercancía.