El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresa a la campaña electoral el domingo, desesperado por salvar su candidatura a la reelección mientras dirigentes demócratas de alto nivel se reúnen para discutir los crecientes llamados a que abandone la carrera por la Casa Blanca.
El mandatario de 81 años estuvo este domingo en una iglesia a la que asisten mayoritariamente afroestadounidenses en Filadelfia, como parte de dos actos de campaña en el estado de Pensilvania, antes de ser anfitrión de la cumbre de líderes de la OTAN en Washington.
Lo hará bajo una mirada cada vez más implacable, a medida que aumenta la presión para que abandone su cargo después de que su desastroso debate contra Donald Trump el mes pasado desatara el pánico sobre su edad y su aptitud para asumir la presidencia otros cuatro años.
Biden se ha mantenido desafiante, declarando inequívocamente (en un mitin, ante periodistas y en las redes sociales) que está en condiciones de ocupar el cargo, sosteniendo que es el único que puede derrotar a su rival republicano Trump.
Hasta ahora, cinco legisladores demócratas han pedido a Biden que se retire, pero la tendencia crece.
El domingo, dos congresistas demócratas de alto perfil no llegaron a pedir que Biden dimitiera, pero advirtieron que aún necesitaba ganarse a los votantes preocupados por su edad.
“Sólo hay una razón –por la que la carrera entre Trump y Biden– está reñida, y es la edad del presidente”, dijo el representante Adam Schiff al programa “Meet the Press” de NBC.
Mientras algunos especulan sobre que Biden dejará en manos de la vicepresidenta Kamala Harris estos próximos días de campaña, Schiff agregó: “Creo que ella muy bien podría ganar de manera abrumadora”.
El senador demócrata Chris Murphy dijo a su vez que “el presidente necesita hacer más“, incluidos eventos no programados, como reuniones municipales, para asegurar a los votantes que dispone de la agudeza mental y la aptitud física necesarias para un segundo mandato.
“Esta semana va a ser absolutamente crítica”, dijo Murphy en el programa dominical de CNN “State of the Union”.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, ha programado una reunión virtual de diputados demócratas de referencia para el domingo para discutir el mejor camino a seguir y, según se informa, el senador Mark Warner está trabajando para convocar un foro similar en la Cámara Alta.
La primera dama Jill Biden, quien, según algunos informes de los medios estadounidenses, está instando a su marido a permanecer en carrera, tiene previsto hacer campaña en Georgia, Florida y Carolina del Norte el lunes.
Sin embargo, después de las manifestaciones del domingo en Filadelfia y Harrisburg, el presidente tendrá que alejarse de la campaña para participar en la cumbre de la OTAN, que comienza el martes.
También allí deberá tranquilizar a sus aliados en un momento en que muchos países europeos temen una victoria de Trump en noviembre.
El republicano de 78 años critica hace mucho tiempo a la OTAN como una carga injusta para Estados Unidos, ha expresado su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin e insistió en que podría lograr un rápido fin de los combates en Ucrania, invadida por Moscú en febrero de 2022.
“Señor todopoderoso”
Por ahora, los pesos pesados demócratas están manteniendo a raya cualquier descontento latente con su líder, al menos en público.
Pero a sólo cuatro meses del día de las elecciones, cualquier medida para reemplazar a Biden como candidato debería realizarse más temprano que tarde.
Mientras tanto, para el presidente y su equipo de campaña, la estrategia parece ser aguantar la situación.
La campaña ha presentado un intenso plan de batalla para julio, que incluye una avalancha de anuncios televisivos y viajes a todos los estados clave.
Ello incluye una visita al suroeste del país durante la convención republicana del 15 al 18 de julio, en la que Trump será ungido oficialmente como el candidato presidencial del partido.
En lo que se había anunciado como una entrevista decisiva con ABC News el viernes, Biden desestimó rotundamente su caída en las encuestas y las preocupaciones sobre su aptitud física y mental provocadas por su sombría actuación del 27 de junio en el debate con Trump.
El mandatario culpó de su mal desempeño a un resfriado rebelde e insistió en que se trató simplemente de una “mala noche“.
No obstante, sus críticos afirman que, cuando está lejos de un teleprónpter, Biden muestra dificultades para comunicarse.
Algunas de sus respuestas fueron vacilantes, vagas y difíciles de seguir, incluso cuando intentó sortear las preguntas sobre su agudeza mental y descartó la idea de que su partido considerara reemplazarlo.
“Si el Señor Todopoderoso bajara y dijera: ‘Joe, retírate de la carrera’, yo me retiraría de la carrera”, dijo. “Pero el Señor Todopoderoso no va a bajar”.