Este miércoles Bolivia revivió la tensión de un intento de golpe de Estado perpetrado por una facción de las fuerzas armadas lideradas por el comandante general, Juan José Zúñiga, quienes en tanquetas se apostaron frente al Palacio de Gobierno, en la ciudad de la Paz, y exigieron la destitución del actual gabinete.
La movilización militar fue neutralizada luego de que el mandatario boliviano juramentó un nuevo Alto Mando Militar, conformado por tres nuevos mandos; no tardó mucho cuando las tanquetas que estaban en la plaza Murillo se replegaron y la policía tomó el control del lugar.
Este intento de golpe de Estado se detona tras las declaraciones que hizo Zúñiga ayer, al declarar que el expresidente Evo Morales podría ser detenido en caso de postularse como candidato presidencial para las elecciones de agosto de 2025.
Preocupa el horizonte de las elecciones: hay divisiones a superar
Y es precisamente, de cara a las elecciones de 2025, que hay preocupación, por lo que Aníbal Fernández, investigador e integrante del Observatorio Lawfare, en entrevista con Once Noticias Digital, señala que hay una urgencia para que se limen diferencias al interior del Movimiento al Socialismo (MAS).
“Para nadie es un secreto que hay problemas internos en el MAS, partido que representa a Luis Arce y a Evo Morales. Hay aspectos internos que se tienen que resolver dentro del Movimiento”, asegura el experto en geopolítica de América Latina.
Y es que el año pasado, el expresidente Morales anunció su postulación para las elecciones del 2025 y dijo que se veía presionado a ser candidato por cuatro frentes: por el Gobierno del presidente Luis Arce, el imperio estadounidense, la derecha y los medios de comunicación.
“Me están obligando a ser candidato y vamos a batallar”, dijo entonces Morales en su programa de radio Kawsachun Coca.
Por su parte, Arce también tiene la intención de postularse. Esto generó una fractura por el liderazgo del MAS. Ahora, tras las amenazas de Zúñiga, se suma un contexto en donde se advierte que una facción de las fuerzas armadas también busca aprovechar la situación.
El investigador señala que tras arreglar esas diferencias se deberá proceder a definir la próxima candidatura a las elecciones del 2025, en donde el reto es dar continuidad al crecimiento que ha tenido Bolivia.
“El tema ahí de fondo es, primero resolver este punto interno y segundo, darle continuidad a un proceso histórico que ha tenido Bolivia en los últimos, por lo menos, casi 20 años, que han permitido tenga un crecimiento y un desarrollo económico-social bastante considerable. Incluso en algunos años llegó a ser modelo en América Latina porque tuvo tasas de crecimiento alrededor del 4 o casi 5% en un momento de crisis. Por eso se convirtió en paradigma. Entonces, hay que darle continuidad a este proceso”, asegura el experto.
Asimismo, el experto asegura que hay dos procesos a considerar que impactan en Bolivia y que debería trabajarse en ello: por un lado, el golpe de Estado de 2019.
Ese suceso trastocó a la democracia y dejó consecuencias graves en la población. Un ejemplo de ello se expresó en el manejo, durante y posterior, de la pandemia durante el gobierno impuesto de la derechista, Jeanine Áñez Chávez, quien está sentenciada a 10 años por diversos delitos, entre ellos, corrupción.
“Ese gobierno de facto de Jeanine Áñez Chávez, rompe muchas de las alianzas que había hecho Bolivia, rompe acuerdos no sólo en el ámbito diplomático, sino también en el político, comercial y que tiene repercusiones hasta hoy en día. Un ejemplo es el caso del litio, que tenía algunos proyectos en puerta para continuar con la industrialización y se vieron truncados con ese golpe de Estado”, sentenció el experto.
Por otro lado, están las contradicciones internas que suelen haber al interior de los partidos y de los movimientos.
“Por otro lado, las pugnas internas que tiene el MAS. Son contradicciones internas que tiene un movimiento, un partido, y que, digamos, no son ajenas a la política latinoamericana. Se deben resolver sino eso puede complicar todavía mucho más la situación boliviana”, asegura.
“Actuación ambivalente de OEA”
Durante los primeros minutos en que sucedió este intento de golpe de Estado, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenó el intento de golpe de Estado, mientras que en 2019, lo apoyó.
Al respecto, Fernández señala que la reacción de la OEA, brazo de Estados Unidos, no le sorprende, sino que resalta su ambivalencia.
“La respuesta de Luis Almagro es en consecuencia con este doble rasero que hemos visto de la OEA. No sorprende en el sentido de que es la forma de proceder de Luis Almagro en estos casi 10 años que lleva al frente de la OEA. Y que ha permitido este tipo de sucesos en otros países, digamos, que tiene esta actuación ambivalente. Es su forma de proceder”, precisó.