El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue puesto en prisión preventiva este sábado, por “riesgo de fuga”, de acuerdo con una orden dictada por la Corte Suprema de aquel país.
Bolsonaro cumplía prisión domiciliaria desde el pasado 4 de agosto en su vivienda de Brasilia, y era monitoreado electrónicamente, sin embargo, el juez del caso, Alexandre de Moraes, impuso esta restricción al considerar que el exmandatario intentaba obstruir el proceso en su contra.
Explicó que la madrugada de este sábado Bolsonaro intentó “romper el dispositivo electrónico de rastreo para asegurar el éxito de su fuga, facilitada por la confusión causada por la manifestación convocada por su hijo”.
El magistrado indicó que la convocatoria a una vigilia para esta tarde, realizada por el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, constituía “una estrategia para posibilitar su fuga”.
“El tumulto provocado por la reunión ilícita de partidarios del acusado condenado tiene una alta probabilidad de poner en riesgo la prisión domiciliaria impuesta y la efectividad de las medidas cautelares, facilitando un eventual intento de fuga del acusado”, se señala en el documento.
Bolsonaro, de 70 años y con un delicado estado de salud según sus abogados, fue trasladado a un complejo de la Policía Federal en Brasilia para ser sometido a exámenes médicos antes de ser enviado a prisión.
La corte programó una “audiencia de custodia” por videoconferencia para el domingo. La orden de prisión preventiva deberá ser refrendada el lunes por los demás magistrados de la primera sala del tribunal en una votación virtual.
Cabe recordar que Jair Bolsonaro fue condenado en septiembre a 27 años de cárcel por haber impulsado un intento de golpe de Estado en 2022, tras perder las elecciones presidenciales frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.