En el día 27 de los ataques, la capital de Ucrania se mantiene con toque de queda mientras los bombardeos prosiguen, en particular en Mariúpol, donde las y los habitantes sobreviven atrapados, en medio de una severa crisis humanitaria sin luz, agua ni alimentos.
Rusia comenzó a atacar a Ucrania desde el 24 de febrero, en resultado más de 2 millones de personas están desplazadas de sus hogares, 97 menores de edad fallecieron, así como miles de personas, los precios del petróleo y materiales primarios subieron, de acuerdo con datos oficiales de autoridades ucranianas.
Una persona murió en un ataque con drones contra un Instituto Científico en Kiev de manera reciente, ya que los soldados rusos soltaron una bomba con este aparato que causó un incendio en el edificio.
Ante estos hechos, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenesky pidió al papa Francisco intervenir en las negociaciones con Rusia a fin de poner fin a los ataques y que los corredores humanitarios dejen de ser bloqueados. Esto sucedió durante una conversación telefónica
En tanto, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres afirmó que Ucrania no puede ser conquistada “ciudad por ciudad, ni casa por casa”, por lo que exigió un alto a los combates de manera inmediata.