Los bombardeos rusos de las últimas semanas contra las infraestructuras energéticas de Ucrania privaron a millones de familias de luz, agua y calefacción, en momentos de rápido enfriamiento de las temperaturas por la llegada del invierno.
“Tenemos que aguantar“, dijo el gobernador de la región sureña de Mykolaiv, Vitaliy Kim, en Telegram.
“A partir del lunes, exigiré a Oblenergo [un operador] que revise los horarios de la región. Lo más probable es que haya cortes de cuatro horas”, aseguró el gobernador de la región sureña de Mykolaiv, Vitaliy Kim, en Telegram.
El “consumo creciente” de electricidad requiere cortes más largos para aliviar la red eléctrica regional.
Putin estimó que esos bombardeos son “necesarios e inevitables ante los ataques provocadores de Kiev”, indicó el Kremlin el viernes.
Según Putin, Ucrania es responsable de las explosiones que a inicios de octubre destruyeron parcialmente el puente ruso de Crimea, lo cual habilitaría a Rusia a bombardear infraestructuras energéticas de la exrepública soviética.
Putin volvió a quejarse, en una conversación con el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, del apoyo financiero y militar occidental que le ha permitido a Ucrania infligir humillantes derrotas a Rusia en el mayor conflicto europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La contraofensiva ucraniana dejó aparentemente de avanzar con la misma rapidez.
Los combates son especialmente “duros” en el este, porque “los rusos tuvieron tiempo de prepararse” después de los reveses de los últimos tiempos, indicó el gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai.
“Las fuerzas armadas ucranianas avanzan lentamente hacia las [posiciones de defensa] rusa en dirección a Svatove-Kreminna”, señaló.
La situación también es “difícil” cerca de Bajmut, en la región oriental de Donetsk, señala un informe del ejército ucraniano. Los rusos tratan de conquistar esta localidad desde el verano.
Controlar Bajmut representaría un éxito para Moscú tras una serie de reveses militares. Las tropas rusas se vieron obligadas a salir de Járkov (noreste) en septiembre y de Jersón (sur) en noviembre.
Hay también “dificultades” en la región de Jersón, donde el ejército ruso se retiró en parte en noviembre para consolidar sus posiciones.
“Los rusos bombardearon Jersón [y] dañaron las redes eléctricas”, indica el informe publicado el sábado.
Donetsk forma parte de la cuenca del Donbás, que Rusia se anexionó a inicios de octubre, aunque hasta ahora no haya conseguido conquistarla íntegramente.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que estaba “dispuesto a hablar” con Putin, pero únicamente si el líder ruso buscaba “una manera de terminar la guerra” y retirar sus tropas del país.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que Rusia rechazaba esas condiciones. “La operación militar especial va a continuar“, insistió, utilizando la terminología oficial de Rusia para referirse a la ofensiva en Ucrania.
Ucrania rechaza cualquier negociación con Putin si no se respeta su integridad territorial, lo que incluye la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.