Internacional

Bombardeos rusos en Jersón, Ucrania, dejan al menos dos muertos y cinco heridos

En Odesa, una ciudad más al oeste a orillas del Mar Negro,  la electricidad se restableció progresivamente.

Al menos dos personas murieron y cinco resultaron heridas en bombardeos rusos contra la región de Jersón, en el sur de Ucrania, informó este domingo su gobernador. 

Las fuerzas de Kiev recuperaron la ciudad de Jersón en noviembre en una contraofensiva. El ejército de Moscú se replegó entonces al margen izquierdo del Río Dniéper. 

“El enemigo volvió a atacar las zonas residenciales de Jersón. El ejército ruso bombardeó una maternidad, un café y edificios residenciales. Durante la noche, dos personas murieron por los bombardeos rusos”, declaró el gobernador Yaroslav Yanushevich en su cuenta de Telegram.

Asimismo dijo que fueron 45 en total y también hubo cinco heridos.

Después de que Kiev reconquistara la ciudad en noviembre, las fuerzas rusas bombardearon y destruyeron las infraestructuras básicas. 

“La electricidad fue restablecida en un 90%”, detalló el gobernador. 

En Odesa, una ciudad más al oeste a orillas del Mar Negro, la electricidad se restableció “progresivamente”, aunque 300 mil personas seguían sin tener acceso a ella, indicó el gobernador de la región, Maksym Marchenko. 

Las autoridades también informaron de interrupciones en el suministro de agua en algunos barrios de la ciudad. 

Autoridades buscan a personas que “colaboraron” con los rusos

En una orilla del Río Dniéper, cerca de Jersón, dos policías ucranianos apuntan con sus kaláshnikov y obligan a dos hombres a atracar su barca.

La escena se produce en la margen derecha del río que separa la línea de frente en esta localidad del sur de Ucrania, liberada hace un mes tras ocho meses de ocupación rusa.

El control policial refleja el clima de sospecha que impera en Jersón, donde las autoridades buscan a personas que “colaboraron” con los rusos o siguen haciéndolo.

Los dos hombres de la barca venían de una de las islas cercanas a la orilla izquierda, controlada por los rusos, aunque apenas se vean soldados rusos allí.

“Las evacuaciones sólo están autorizadas en el puerto de Jersón. Aquí es ilegal”, explicó uno de los policías.

Así, en el puerto, hay agentes que comprueban si las personas están implicadas en la colaboración con los rusos.

Sin embargo, la operación policial se ve interrumpida de manera repentina por dos misiles que caen en un islote situado a unos 200 metros de la playa y provocan una gran humareda negra.

Los dos hombres y los agentes se alejan corriendo para protegerse y el interrogatorio se reanuda más tarde.

Jersón vive un estricto control policial

Tras la euforia de los primeros días de la liberación, Jersón vive ahora bajo un estricto control policial.

Los agentes verifican los documentos de identidad, interrogan a transeúntes e inspeccionan los baúles de los coches en las salidas de la ciudad y en patrullas en las calles. Todo ello con el objetivo de detener a “colaboracionistas”.

Alguna de esta gente estuvo aquí más de ocho meses trabajando para el régimen ruso, y ahora disponemos de informaciones y documentos sobre cada uno de ellos. Nuestra policía sabe todo sobre ellos y todos serán castigados comentó el gobernador de la región de Jersón, Yaroslav Yanushevich.

Los controles también se efectúan en la estación de trenes, donde cinco policías interrogan en una sala a quienes quieren salir de la ciudad.

Denunciar a los “traidores”

Los grandes carteles de propaganda que exaltaban a Rusia en las grandes avenidas fueron sustituidos por otros en los que se insta a los habitantes a denunciar a quienes “colaboraron” con los rusos.

Danos informaciones sobre los traidores”, se lee en una de esas pancartas, en la que aparece un número de teléfono y un código QR.

La mayoría de las informaciones que recibimos proceden de la población local. También examinamos las cuentas en las redes sociales y seguimos supervisando internet”, explicó Andréi Kovanyi, jefe de relaciones públicas de la región de Jersón.

Más de 130 personas ya fueron detenidas por “colaboracionismo” en esta región, según el viceministro del Interior ucraniano, Yevhen Yenin.

“Siempre es bueno ayudar a encontrar a un colaborador o a un traidor. Tenemos que ayudar a nuestras fuerzas armadas a capturar a la gente que trabajó para Rusia”, dice Pavel, de 40 años.

Otro vecino, Viacheslav, de 47 años, asegura que todos los colaboradores huyeron ya a la otra orilla del Río Dniéper.

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