Los bomberos australianos lograron contener los incendios que se acercaban a Perth, la cuarta ciudad del país, anunciaron las autoridades este jueves, preocupadas aún por los fuertes vientos persistentes que complican la situación.
Al menos 81 casas acabaron totalmente destruidas por las llamas en la zona de Perth Hills, al este de la ciudad.
El primer ministro del estado de Australia Occidental, Mark McGowan, afirmó que el nivel de destrucción en la zona era demasiado importante para hacer un balance completo por el momento.
Pero después de dos jornadas negras, los bomberos lograron contener el fuego, que ya estaba amenazando casas en zonas más pobladas.
Siete bomberos resultaron heridos, pero no hay que lamentar ninguna muerte en estos incendios, que destrozaron un total de 10 mil hectáreas desde el lunes y obligaron a centenares de personas a dejar sus casas por precaución, ante el avance de las llamas.
Las autoridades esperan que las lluvias anunciadas para los próximos días ayuden a controlar la situación.
El año pasado, tras una temporada de incendios especialmente devastadora, las llamas arrasaron millones de hectáreas, provocaron la muerte de 33 personas y mataron o desplazaron a cerca de 3 mil millones de animales, según los cálculos oficiales.
El costo para la economía australiana fue de 7 mil millones de dólares.
Cada verano, Australia es escenario de importantes incendios, que son cada año más virulentos debido al cambio climático, según los científicos.