
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respaldó públicamente la reciente reforma constitucional aprobada por el Congreso, que permitirá su reelección presidencial de manera indefinida, al mismo tiempo que elimina la segunda vuelta electoral y establece que las elecciones se realicen cada seis años.
Durante un acto multitudinario con simpatizantes en la capital salvadoreña, Bukele minimizó las críticas tanto nacionales como internacionales, asegurando que no le preocupan los señalamientos que lo califican como dictador.
“Desde los panfletos salvadoreños hasta los panfletos internacionales, los más prestigiosos. ¿Saben qué? Me tienen sin cuidado que me llamen dictador”, afirmó.
El mandatario también defendió su política de seguridad, basada en el combate frontal a las pandillas, que ha sido cuestionada por organismos internacionales por presuntas violaciones a derechos humanos.
“Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”, expresó.
Señalamientos de autoritarismo
La oposición política y diversas organizaciones defensoras de derechos humanos acusaron a Bukele de concentrar el poder en el Ejecutivo y de tener el control de los otros poderes del Estado, incluida la Corte Suprema de Justicia.