La participación en las elecciones legislativas italianas bajó este domingo respecto a la cita electoral de 2018, en unos comicios en los el bloque de derechas se encamina a una victoria histórica que llevaría al poder a la líder posfascista Giorgia Meloni.
Según el Ministerio del Interior, la participación era de 50% a las 17:00 horas, cuatro horas antes de cierre, a las 21:00 horas locales. Se trata de ocho puntos menos que en las elecciones legislativas de 2018, una tendencia que las encuestas habían adelantado.
La caída es mayor en las regiones del sur de la península (-12 puntos), que contribuyeron de forma notable al triunfo hace cuatro años de la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas.
Más de 50 millones de personas están llamadas a votar para elegir a 600 parlamentarios (400 diputados y 200 senadores), menos de los 945 actuales.
Si las urnas confirmasen lo vaticinado por los sondeos, Meloni, líder de Hermanos de Italia, formación que proviene de la tradición neofascista, podría convertirse en la primera mujer en llegar a la jefatura de Gobierno en Italia.
“Hoy puedes contribuir a hacer historia”, tuiteó Meloni a sus seguidores el domingo por la mañana. También pidió el voto con un video en TikTok en el que aparecía con dos melones en las manos, jugando con su apellido y con sus senos.
Meloni, de 45 años, tiene todas las encuestas a favor y no se descarta que en los últimos días de campaña se haya agrandado la brecha entre su formación y su directo contendiente, el socialdemócrata Partido Democrático (PD), liderado por Enrico Letta.
La alianza de derechas y extrema derecha, integrada por Hermanos de Italia, la formación antiinmigración Liga, de Matteo Salvini, y los conservadores de Forza Italia, de Silvio Berlusconi, obtendría 47.2%, según los últimos sondeos, del 9 de septiembre.
“Estoy impaciente de volver mañana al Gobierno de este país extraordinario”, comentó Salvini, conocido por su política de mano dura contra los migrantes cuando era ministro de Interior, entre 2018 y 2019.
Un nuevo populismo
“En Europa temen que yo gobierne. Se acabó la fiesta. Italia va a comenzar a defender sus propios intereses nacionales”, advirtió Meloni con su conocido tono decidido durante la campaña.
A pesar de que Meloni ha tomado distancia de sus orígenes políticos y en un video divulgado en varios idiomas confirmó su compromiso con la democracia, las libertades y la Unión Europea (UE) y de que aseguró que la derecha relegó el fascismo a la historia, muchos temen que se propague un nuevo populismo en todo el Viejo Continente.
El modelo es el del nacionalista húngaro Viktor Orban, enemigo acérrimo de la inmigración e inclinado a endurecer las medidas para acceder al aborto.
Por su parte, la izquierda moderada liderada por Letta, quien no logró una amplia coalición de izquierdas ni sellar un acuerdo con el Movimiento 5 Estrellas (M5E), pactó solo una alianza con un pequeño sector de la izquierda ecologista, por lo que obtendría menos de 25%.
Letta se ha enfrentado a Meloni presentándose como un socialdemócrata europeísta que batalla contra una ultraderechista nacionalista.
No se descartan sorpresas
Pero tanto los indecisos, que llegarían a superar 20%, como la abstención podrían contribuir a empañar un eventual triunfo de los derechistas.
“Han sido unas elecciones basadas en la emoción y convocadas a último momento. Eso las convierte en impredecibles”, subrayó Emiliana De Blasio, profesora de sociología de la Universidad Luiss de Roma.
Por otro lado, el Movimiento 5 Estrellas, que de primera fuerza política hace cuatro años pasó a contar con un modesto 13.2% en los sondeos, podría poner en crisis la hegemonía del bloque de derechas.
No se descarta, por ello, una sorpresa de última hora y que los votantes hayan cambiado de idea o decidido votar en las dos últimas semanas por ese movimiento, que creó un salario ciudadano para los pobres, clave para las regiones del sur, subdesarrollado.
La controvertida ley electoral italiana favorece a los partidos que forman alianzas, lo que amplía la ventaja del bloque derechista frente a sus rivales de centro-izquierda, sumamente divididos.
Los italianos residentes en el exterior, 4.8 millones, podrán votar por ocho diputados y cuatro senadores, correspondientes a Europa, América del Sur, América del Norte y Central, Asia-África y Oceanía.