La Cámara de Representantes de Estados Unidos fracasó por quinta vez en su intento de designar a su presidente, poniendo en evidencia este miércoles divisiones persistentes en filas republicanas a la hora de elegir al “speaker“.
La de este miércoles corresponde a la quinta votación en dos días y no consiguió su objetivo a causa de antagonismos internos en la ajustada mayoría republicana.
El gran favorito para sustituir a la demócrata Nancy Pelosi es el republicano Kevin McCarthy, pero un núcleo de unos 20 congresistas del ala más conservadora bloquea su elección.
Ese grupo reducido pero intransigente quiere aprovechar la corta mayoría conseguida por el partido en las elecciones de medio mandato de noviembre para imponer sus condiciones.
Sin su apoyo, Kevin McCarthy no puede ser elegido.
“Estados Unidos quiere una nueva cara, una nueva visión, un nuevo liderazgo”, afirmó uno de ellos, Chip Roy, de Texas.
McCarthy, de 57 años, ha accedido a muchas de las peticiones de este grupo, pero sigue en un punto muerto.
Ni siquiera la intervención de Trump este miércoles parece hacerles cambiar de opinión.
En su red social Trump pidió al partido “evitar una derrota vergonzosa“.
“Es hora de que todos nuestros grandes miembros republicanos de la Cámara voten por Kevin, cierren el trato y logren la victoria. Kevin McCarthy hará un buen trabajo, y tal vez incluso un gran trabajo”, señaló Trump.
La oposición parece cristalizarse
El presidente demócrata Joe Biden calificó esta situación de “vergonzosa”, y advirtió que “el resto del mundo” lo observa de cerca.
Entre los no refractarios se empieza a percibir cierta desazón.
“Todo esto parece desordenado. Pero la democracia es desordenada, es una característica, no un error de nuestro sistema “, admitió Mike Gallagher, muy amigo de Kevin McCarthy.
La elección del presidente de la cámara baja, conocido como “speaker“, la tercera figura más importante de la política estadounidense después del presidente y el vicepresidente, requiere una mayoría de 218 votos, pero por el momento McCarthy no los ha conseguido.
Esta situación, sin precedentes en los últimos 100 años, paraliza por completo la institución. Sin presidente de la cámara, los congresistas no pueden prestar juramento y, por lo tanto, están imposibilitados para aprobar algún proyecto de ley.
Los republicanos tampoco pueden abrir las numerosas investigaciones que habían prometido contra Joe Biden.
¿Ventaja para Biden?
La situación parece divertir a los demócratas, y lo expresan con risas sarcásticas y aplausos en el hemiciclo.
El partido de Joe Biden está unido en torno a la candidatura de Hakeem Jeffries, pero este congresista tampoco tiene suficientes votos para ser elegido.
Se seguirá votando hasta conseguir a un presidente, pero puede tardar horas, o semanas, como ocurrió en 1856.
Una cámara hostil pero dividida podría ser pan bendito para Biden, si confirma su intención de postularse nuevamente a la presidencia en 2024, una decisión que se espera que anuncie a principios de este año.
El presidente demócrata viajó este miércoles a Kentucky para alabar la construcción de un nuevo gran puente financiado con una faraónica ley de infraestructuras que sacó adelante en parte con algunos votos republicanos en el Congreso.