El cambio climático cobra factura. Ahora en el Canal de Panamá la falta de lluvias pone en riesgo el cruce de navíos de gran calado.
Nunca en su historia, el canal que comunica al Pacífico con el Caribe y el Atlántico, había enfrentado el ritmo tortuoso de hoy, donde las filas de barcos de carga llegó a superar 150 unidades.
“Hemos podido bajar de un número que teníamos anteriormente, que no eran tan agradables, 160, 154, estamos en 130. Es una situación que se ha producido a raíz de que hemos tenido que reducir el número de tránsitos por el Canal de Panamá por la falta de lluvia”, dijo Ilya Espino de Marotta, administradora adjunta del Canal de Panamá.
Lo óptimo o manejable es una demanda de 90 navíos. Los que reservan el cruce por el Canal pasan en el día y hora programados, el resto hace fila.
Pensada para perdurar en el tiempo, a esta magna obra de infraestructura la está alcanzando el futuro de la degradación ambiental. No hay lluvia suficiente que rellene el embalse.
El plan emergente de la administración del Canal es de un año, pero si en la próxima temporada de lluvias no hay agua suficiente, el comercio internacional colapsará.