Con más de un centenar de propuestas, los dos candidatos a la presidencia de Colombia intentan atraer la atención; y el voto de los indecisos.
Buscan seducir con ofertas que atacan las debilidades del gobierno saliente de Iván Duque, ese 5% de votantes que podría ser la diferencia para el triunfo de Gustavo Petro o de Rodolfo Hernández.
En materia de seguridad, Gustavo Petro, propone una reforma progresiva de las fuerzas armadas, respondiendo a la terminación del conflicto armado. También la desintegración del controvertido Esmad, los escuadrones móviles antidisturbios, acusados de violentar la protesta social; así como poner fin a la obligatoriedad del servicio militar de los jóvenes.
En contraste, Rodolfo Hernández plantea fortalecer la imagen, sueldos, beneficios y equipo militar de las fuerzas armadas. Depurar a la policía nacional, minimizar abusos de autoridad y recuperar la confianza ciudadana, además de imponer un modelo de tolerancia cero a la criminalidad.
La política social de Petro abarca el establecimiento de un ingreso mínimo por encima de la línea de pobreza a los más necesitados; empleo con salario base a los desocupados, y medio salario mínimo a los adultos mayores que no cuentan con una pensión propia.
El empresario y candidato independiente garantiza una pensión a todos los adultos mayores y concentrar en un solo pago familiar todos los subsidios sociales existentes; erradicar el trabajo infantil en todas sus formas y la deserción escolar, con una jornada educativa única, con alimentación y transporte.
Ambos aspirantes enfocan su propuesta económica a la producción primaria: Petro, haciendo realidad la reforma agraria de los acuerdos de paz, mediante la titulación de tierras; Hernández, condicionando los subsidios a la producción agropecuaria al cumplimiento de metas de cultivos.
Mientras el candidato de la izquierda plantea la transición del carbón y el petróleo a una economía basada en energías renovables, el empresario ofrece incrementar las reservas de petróleo y gas.