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Caravana de migrante permanece en Guatemala con pocas opciones de continuar

Policías y militares de Guatemala mantienen detenido el avance de miles de migrantes hondureños que van a pie rumbo a Estados Unidos.

Algunos de ellos parecen estar contagiados de Covid-19 y tienen cada vez menos opciones de reanudar la marcha.

Los caminantes fueron reprimidos este domingo con gases lacrimógenos y aporreados con varas por militares en una carretera del poblado de Vado Hondo, departamento de Chiquimula, fronterizo con Honduras, país que protestó por la violencia usada contra sus ciudadanos.

Unas 4 mil personas aún permanecen en la cabeza de la caravana, de las 9 mil que inicialmente se contabilizaron al comienzo.

Cientos se han dispersado por los alrededores y al menos mil 568 personas han retornado a Honduras, entre ellas 208 menores, según datos de Migración de Guatemala.

El proceso es apoyado por México, que envió autobuses para facilitar el transporte.

La caravana está contenida en Vado Hondo, un punto estratégico a menos de 50 kilómetros de la frontera, desde donde se hace difícil continuar el rumbo por otro lado ante lo escarpado del lugar.

Melvin Cabrera, de 50 años, quien pasó la noche frente al cerco policial, aseguró que seguirá resistiendo y pidió a las autoridades que los dejen continuar.

 

Soy soldador, carpintero, albañil y más, pero no consigo trabajo para la familia en Honduras. Como muchos de los que marchan, culpó al presidente Juan Orlando Hernández de la complicada situación que vive su país”, comentó Melvin Cabrera.

Los migrantes, entre ellos familias completas con niños, aguantan a la intemperie y elevan plegarias, esperanzados en que podrán seguir, pese a que Guatemala desplegó a 5 mil militares en todo el trayecto hasta México.

Los migrantes, que iniciaron su travesía la madrugada del viernes desde San Pedro Sula, en Honduras, ya dan muestras de cansancio.

En tanto, Guatemala comienza a sufrir los estragos en sus actividades económicas.

La caravana ha provocado largas filas de vehículos, la mayoría transporte de carga.

La fricción entre Guatemala y Honduras por la caravana escaló al punto que Tegucigalpa reclamó a su país vecino la acción represiva de los cuerpos de seguridad contra los migrantes, y le pidió una investigación de los hechos.

Guatemala, por su lado, ya había fustigado a Honduras por no contener el flujo que irrumpió de manera desordenada en la frontera entre viernes y sábado.

Los uniformados tienen la orden de hacer retroceder la caravana ante el riesgo de contagios de Covid-19, según un decreto del presidente Alejandro Giammattei, que autoriza el uso de la fuerza.

El Ministerio de Salud informó que hasta el momento 21 personas del grupo que pasaron por puestos de control sanitarios están contagiados del virus, y deberán guardar cuarentena en Guatemala previo regreso a su país.

Ante esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por la violencia usada contra la caravana e instó a Guatemala a garantizar el principio de adecuación y progresividad de la fuerza en acciones y controles migratorios.

Los migrantes hondureños aseguran que escapan de la violencia, la pobreza, el desempleo y la falta de educación y salud, situación agravada por la pandemia.

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