Sudáfrica se enfrenta a lluvias históricas, que ya ocasionaron la muerte de al menos 450 personas y 60 más siguen desaparecidas.
La costa este de Sudáfrica es la más afectada, con inundaciones y deslizamientos de tierra.
En esa zona los damnificados no tienen servicio de agua potable ni luz desde el lunes pasado, mientras las autoridades distribuyen ayuda.
La región de Durban, una ciudad portuaria de 3.5 millones de habitantes, fue la más afectada y concentró la mayoría de las víctimas. Las precipitaciones provocaron inundaciones abundantes y deslizamientos de tierra mortales.
Estos últimos días, ministros, jefes tribales, el rey zulú Misuzulu Zulu y el presidente Cyril Ramaphosa acudieron a los lugares afectados para evaluar el alcance de los daños y apoyar a los familiares de las víctimas.
En cuestión de segundos, muchas familias perdieron varios de sus miembros por las inundaciones. Niños y bebés se ahogaron o quedaron sepultados por los desprendimientos de tierra. Y muchos siguen desaparecidos.