Los chilenos definirán este domingo en un plebiscito si mantienen la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet o adoptan una más conservadora que podría eliminar la restringida Ley de Aborto y endurecer el trato a la migración irregular.
A partir de las protestas sociales de 2019 en reclamo de mayor igualdad, Chile inició un proceso para reemplazar la Constitución que en 1980 elaboró el régimen de Augusto Pinochet. En 2020, 80% de los chilenos aprobaron en un plebiscito iniciar el camino hacia una nueva Constitución.
Pero el proyecto progresista se vino abajo cuando en la validación ciudadana, en septiembre de 2022, fue rechazado por un contundente 62% de los ciudadanos.
Se inició un segundo proceso, liderado por un consejo elegido por voto popular y que terminó dominado por el ultraderechista Partido Republicano.
“El llamado que hacemos a la ciudadanía es que se siga informando, que vote informada esté próximo 17 de diciembre”, expuso Claudio Salinas, coordinador del voto a favor.
Para las corrientes progresistas, una nueva Constitución conducida por la derecha sería un riesgo.
“Votar en contra significa justamente salvaguardar a esa gran mayoría de personas que quiere mejores pensiones, que quiere mejor salud y que obviamente quieren que haya una institucionalidad que los resguarde”, dijo por su parte Carolina Leitao, alcaldesa de Peñalolén.
Las encuestas anticipan un nuevo rechazo, aunque el alto número de indecisos podría cambiar la tendencia.
“Hay un agotamiento en la ciudadanía respecto al proceso constitucional y donde en el primer proceso como en este, no se llegó a un consenso respecto a lo que se quería, entonces para mi este proceso va a terminar en un: en contra”, agregó la abogada Carolina Lefort.