En Chile, la delgada memoria intergeneracional -a punto de cumplirse 50 años del golpe de Estado, con sus consecuentes episodios de asesinatos de la dictadura, desapariciones y torturas- ha derivado en la indiferencia social sobre la importancia de los derechos humanos.
Apenas 2% de los chilenos considera que el respeto a la integridad de las personas es un tema en el cual el Gobierno debe dedicar el mayor esfuerzo, atrás de una veintena de opciones en una de las encuestas de mayor credibilidad en ese país.
“Vemos que delincuencia se mantiene como la principal preocupación con un 54% de las menciones. Salud sube de un 32 a un 41% de las menciones. Derechos humanos y transporte público con un 2% de las menciones”, dijo Carolina Valdivia, investigadora del Centro de Estudios Públicos.
De hecho, el transporte público como tema que acompaña a los derechos humanos al final de las prioridades ciudadanas, fue el detonante del estallido social de 2019, cuando el Gobierno de Sebastián Piñera anunció un alza a las tarifas.
La encuesta del Centro de Estudios Públicos de Chile preguntó qué tan de acuerdo están los ciudadanos en que, en vez de tanta preocupación por los derechos de las personas, lo que este país necesita es un Gobierno firme. Dos de cada tres estuvieron de acuerdo en ello, revirtiendo los números de 2019 a la misma afirmación.
Y algo más revelador. Hay quienes abiertamente prefieren una dictadura.
“Un 54% considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno; un 17% considera que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”, agregó Valdivia.