China está en alerta máxima en sus puertos, aplicando estrictas políticas sobre los viajes dentro y fuera del país para reducir los riesgos de COVID-19 en medio de un nuevo brote nacional, a menos de 100 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, que comienzarán en febrero de 2022.
La Administración Nacional de Inmigración dijo el jueves que seguirá recomendando a los ciudadanos que no vayan al extranjero por razones no urgentes y no esenciales.
La dramática caída en los viajes que realizan ciudadanos chinos desde principios del año pasado ha dejado un agujero de gasto anual de 255 mil millones en el mercado turístico mundial.
La autoridad migratoria china también prometió implementar de forma estricta las restricciones contra la COVID-19 sobre el movimiento de personas involucradas en los Juegos Olímpicos dentro y fuera del país.
China quiere garantizar que no haya brotes entre las personas que llegan del extranjero para los Juegos de invierno, según un informe reciente de la televisión estatal que citó a Huang Chun, un funcionario del comité organizador pequinés.
Las autoridades se esforzarán por evitar fallas en el control del virus para los Juegos Olímpicos que puedan provocar la interrupción del evento o causar brotes entre los residentes, dijo Huang.